La lesión de Rafa Nadal, al detalle

El doctor Marc Tey, traumatólogo especialista de la Unidad de Cadera en iMove-Clínica Mi Tres Torres, nos explica las claves sobre la lesión del psoas ilíaco

El tenista sufrió del muslo izquierdo en su último partido y tuvo que retirarse por segunda vez del Open por lesión

Nunca pensamos que llegaría este momento... ¡Rafa Nadal anuncia cuándo será su retirada!

Rafa Nadal anunció que no jugará los próximos meses / Twitter

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Rafa Nadal no se ha recuperado de su lesión. Según ha afirmado el propio jugador en rueda de prensa, la lesión grado 2 en el Psoas Iliaco de su pierna izquierda le impedirá disputar Roland Garros y gran parte de lo que resta de temporada 2023.

Tal y como afirma el traumatólogo experto en cadera de iMove- Mi Tres Torres Marc Tey, el músculo psoas, junto al músculo ilíaco, forman el psoas ilíaco, un potente estabilizador de la región lumbopélvica y flexor de la cadera. Este es un músculo profundo, que arranca desde la zona lumbar baja (psoas) y de la pelvis (ilíaco) para insertarse en el fémur (hueso del muslo).

El síndrome del psoas es una inflamación del mismo, típicamente en la unión entre la masa muscular y el tendón (elemento que une el músculo al hueso). Este punto de unión se localiza en la ingle, justo por delante de la cadera. La causa de este síndrome está relacionada con una sobrecarga física (por ello suele ser una patología más habitual entre atletas), pero también por una mala biomecánica de la región lumbo-pelvica.

Esta mala biomecánica puede ser debida a un desequilibrio muscular, a las características anatómicas del deportista, o a una combinación de ambas.

Como cualquier otra inflamación, el tratamiento idóneo es reposo, antiinflamatorios y cuando el dolor cede, pauta progresiva de estiramientos y reacondicionamiento deportivo, afirma el especialista Tey. En algunos casos son necesarias infiltraciones locales, pero estas vienen motivadas más por las prisas de un rápido retorno deportivo que por necesidad del músculo, que a veces requiere más reposo del deseado por el deportista o su calendario profesional.

El pronóstico de esta lesión es bueno, pero exige concienciación del deportista y una pauta de estabilización muscular de toda la región lumbo-pelvica (core) para evitar su recidiva. Un tiempo de recuperación de uno o dos meses es razonable, pero será el control (típicamente ecográfico o por resonancia magnética), junto con la progresión en el trabajo de readaptación con fisioterapeutas y readaptadores lo que marcará el tiempo definitivo de vuelta al deporte de alta competición.