Zidane aleja los fantasmas

El pasado 1 de diciembre Zinedine Zidane estaba más fuera que dentro del Real Madrid. Se había filtrado que su puesto pendía de un hilo tras la derrota en la Liga de Campeones ante el Shakhtar y la situación en LaLiga después de caer en Valencia y empatar en Villarreal tampoco ayudaba (el equipo marchaba cuarto en la tabla a 6 puntos de la Real Sociedad). Apenas 25 días después, sin embargo, ya nadie en Concha Espina se acuerda de esos días negros y el técnico francés ha recuperado el crédito que se ganó con la conquista de tres Champions consecutivas para el club.

Es la consecuencia de enlazar seis victorias ante Sevilla (0-1), Gladbach (2-0), Atlético (2-0), Athletic (3-1), Eibar (1-3) y Granada (2-0). 13 goles a favor y dos en contra en seis encuentros. Entre tanto, se selló el boleto para los octavos de final de la Champions y el equipo se ha aupado al coliderato liguero junto al Atlético, aunque cabe señalar que los rojiblancos cuentan con dos partidos menos en su haber.

El proceso, no obstante, ha dejado algunos muertos futbolísticos por el camino. Jugadores en otro tiempo importantes como Isco o Marcelo ya no cuentan para Zidane y otros como Militao, Odriozola, Jovic o Mariano viven condenados en el ostracismo después de defraudar cuando el galo les concedió minutos. El único futbolista que ha salido reforzado del pleito ha sido Lucas Vázquez, quien ha pasado de transferible a imprescindible. El gallego ha cumplido tanto de lateral cuando Carvajal estuvo lesionado, como de extremo cuando se le ha necesitado en duelos importantes, y pide a gritos una renovación que la entidad le escatimaba a principio de temporada. Ahora, ambas partes se sentarán a la mesa para hablar.

LA INCÓGNITA

La gran duda es saber hasta dónde le alcanzará el fuelle a la vieja guardia. Se ha visto que si Ramos, Casemiro, Kroos, Modric o Benzema cogen un constipado el equipo se desmorona como un castillo de naipes y es ahí donde residen todos los problemas de Zidane, que experimenta con el banquillo pero no encuentra soluciones. Asensio empezó a asomar la cabeza en el partido ante el Granada, Valverde ofrece garantías como relevo para el centro del campo y los niños brasileños (Vinícius y Rodrygo) funcionan a chispazos. A partir de ahí, la nada.

La realidad es que la dependencia de Zidane de sus treintañeros es absoluta. Aunque el francés tiene más vidas que un gato y lo ha demostrado en esta recta final de año. Algunos dirán que es flor, pero lo cierto es que su mensaje ha calado dentro de una plantilla que cuando ve que su míster está con el agua al cuello acude al rescate. Veremos hasta cuándo.