Serio toque de atención de Ancelotti a Güler

El italiano dice que está disponible y luego lo señala: “Lo que debe hacer es luchar, competir con los compañeros que hay, nada más”

Descubre dejadez del turco, que podría estar acomodado a su rol de suplente al no entrar en las rotaciones del equipo ni tener apenas minutos

Ancelotti da un toque de atención a Güler

Ancelotti da un toque de atención a Güler / Efe

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

En las últimas semanas, se ha sabido que el Real Madrid se plantea ceder a Arda Güler a final de temporada. No había más referencia que lo poco que juega. Llegó tarde al reparto de roles por culpa de las lesiones tras seis meses en la enfermería. Ahora, Ancelotti ha añadido un motivo definitivo que explica por qué no cuenta con él: “Lo que debe hacer es luchar, competir con los compañeros que hay, nada más”.

Ancelotti da un toque de atención serio al turco por esa falta de combatividad en los entrenamientos. Se desprende de ello que no ha digerido bien volver a sentirse futbolista y verse sin sitio en un equipo estructurado donde sobra la calidad, su mejor argumento para hacerse hueco. “¿Qué le falta para ser titular? Obviamente, ya puede jugar desde el principio, porque físicamente está bien, con un nivel bueno”, agrega el italiano para dejar claro que si no juega es por algo.

ESPABILA O LO CEDEN

Esa falta de entusiasmo, y quizá de compromiso en el día a día, penaliza sus opciones a ojos de un entrenador que no regala nada, ni a los más veteranos o ya leyendas como Modric y eso que el croata “se entrena a tope y, si no juega, aporta lo que aportaba antes; su comportamiento es muy profesional, serio, entrenando, luchando …”, en palabras del propio Ancelotti, al que le duele tener que dejarlo en el banquillo y no como al turco. Son diferentes formas de enfocar el fútbol, la de un veterano respecto a la de un novel que podría ser su hijo.

Güler se recuperó completamente a principios de año. El Madrid ha jugado desde entonces once partidos y el turco solo fue titular en la Copa del Rey ante la Arandina de Primera Federación. Después, ha participado en los minutos finales de tres partidos y en siete no se movió del banquillo. Le quedan cuatro meses para espabilar, o acabará siendo un recuerdo para el Madrid la temporada que viene. Y si quiere volver tendrá que ganárselo en otro equipo.