El Real Madrid sigue haciendo aguas en defensa

Alejandro Alcázar

El Real Madrid sigue teniendo un déficit importante en defensa, donde encaja más goles de los que debiera. Con Zidane al mando, el equipo blanco asegura un gol en contra por partido esta temporada, media que mantiene desde que el galo dirige al equipo.

Un dato que le obliga a marcar dos para ganar sus compromisos. A diferencia del Barcelona y At. Madrid, sus dos grandes rivales en las competiciones domésticas, tiene un problema defensivo que no acaba de solucionar.

No es efectivo en la presión, como los de Valverde, y tampoco en el juego posicional, como los de Simeone. Sufre a balón parado, en el repliegue y por las bandas.

EL PROBLEMA NACE EN CRISTIANO Y BENZEMA

Ante el Girona pagó la baja de Sergio Ramos, su mejor defensa por alto. Encajó tres goles de cabeza y los tres nacieron a balón parado. El potencial aéreo mantuvo vivo al Girona en el Bernabéu, al que sólo doblegó la pegada de Cristiano Ronaldo, además de un Real Madrid que sí estuvo enchufado respecto a otras actuaciones en el Bernabéu.

La defensa blanca falla por el ataque. Benzema y Cristiano Ronaldo no están por la labor de presionar a sus pares y mucho menos de ayudar a sus compañeros para emboscar al jugador rival que tiene la pelota como hacen Messi y Luis Suárez, en el Barça, o Griezmann y Costa en el Atlético.

Ellos juegan su partido con balón y se desentienden cuando lo pierden. Eso significa que el centro del campo recibe a los contrarios libres para pensar cada jugada.

CARVAJAL Y MARCELO PAGAN SU OFICIO OFENSIVO

Sufre por las bandas más de lo que debiera ante el oficio ofensivo de Marcelo y Carvajal. Los rivales lo saben y les buscan la espalda sin que Zidane ponga parches a las heridas que les hacen en cada partido. 

Carvajal tiene un perfil más combativo para destruir que Marcelo, pero muchas veces están demasiado solos para frenar las acometidas de los rivales cuando no tienen ayudas.

Con Asensio y Lucas Vázquez sufren menos que cuando juegan con la BBC. Suelen recibir la ayuda de su central, lo que hace que Casemiro se meta de falso cierre en lugar de ser el brasileño el que salga a su rescate. Modric y Kroos tienen más tendencia a tapar el centro que las bandas, por lo que el problema nace en la presión de los delanteros.

Por último, es un equipo que sufre en el repliegue por culpa de unos centrales demasiado retrasados que conceden espacios a los rivales para que corran con libertad. Barça y Atlético adelantan sus defensas, cosa que Ramos no hace quizá por no tener velocidad para echar pulsos a los delanteros rivales. Solo con Varane y Nacho parece que suavizan este defecto, aunque el vicio está arraigado y es difícil de mentalizarles para que jueguen de manera diferente a cuando lo hacen junto al capitán.

MÁS DE UN GOL POR PARTIDO

Los datos hablan por sí solos. En Liga han encajado 31 goles en 29 partidos frente a los 13 y 14 del Barça y Atlético, respectivamente. 18 más que los azulgranas y 17 que los rojiblancos.

Demasiada diferencia que descubren la falta de trabajo defensivo. En el cómputo global de la temporada han encajado 52 goles en 48 partidos, datos que sostienen la media de algo más de un gol por encuentro. Y desde que Zidane llegó al banquillo han recibido 142 goles en 135 partidos que confirman que no es un equipo que trabaje demasiado el juego sin balón.