Mbappé, peligro de ruina para el Real Madrid

El madridismo vive ilusionado con el proyecto que está construyendo Florentino Pérez en los últimos años. Jugadores jóvenes que crecen en consonancia a las altas exigencias deportivas de un club diseñado para ganar. Sin embargo, ese mismo madridismo frunce el ceño cuando escucha el nombre de Mbappé, el ‘traidor’ que renegó de sumarse al equipo hace un año cuando pudo hacerlo gratis y cerrar un episodio de seis años de negociaciones. Si a gran parte de la afición blanca le sale urticaria cuando le metan al francés, a Florentino Pérez no.

Según ‘Ok Diario’, el Real Madrid habría pedido una línea de crédito de 300 millones de euros para fichar al todavía jugador del PSG en caso de que se ponga a tiro. El PSG ha decidido ponerlo en el mercado con un precio de 200 millones de euros, según ‘RMC’, y sacar rentabilidad antes de que se vaya gratis el año que viene. Las ofertas han empezado a llegar y el club parisino espera hacer caja si el jugador no amplia su contrato. Florentino Pérez tiene entre ceja y ceja ficharlo en una demostración de paciencia fuera de lo común en él, objetivo que lleva persiguiendo sin éxito desde el 2017.

MÁS DINERO QUE TÍTULOS

El club blanco está inmerso en la faraónica renovación del estadio que se acerca a los 1.000 millones de inversión, y ahora estaría dispuesto a pedir otro crédito que supone el 40% de su presupuesto (769,6 millones de euros) para fichar a un solo jugador. Un futbolista que ha demostrado que le mueve más el dinero que el fútbol. Que se ha atrincherado en una jaula de oro donde se ha conformado con ganar trofeos en Francia, lastrando su figura en los grandes galardones individuales a nivel mundial. Eso es lo que ha querido, la pasta por delante de cualquier objetivo deportivo.

El Real Madrid puede entrar a ese trapo si se confirma que está dispuesto a gastarse gran parte de su presupuesto por ficharlo. No sería el primer club que acabe pagando la osadía en el futuro endeudándose hasta las trancas. Sobre todo con un proyecto tan prometedor como el que tiene donde impera la armonía. Se arriesga a meter a un gallo con ínfulas de superioridad en un vestuario que respeta y acata los límites salariales impuestos. Un jugador top, de los mejores del mundo, al que no se le ha dado bien ganar títulos colectivos y personales, pero que y tiene dinero para asegurar el futuro de muchas generaciones y que quiere más con el Madrid en el centro de su estrategia.