Bale, el suplente millonario que ha perdido la sonrisa

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Gareth Bale, jugador del Real Madrid, volvió a quedarse en el banquillo en el tercer partido grande de la Champions League esta temporada. Zinedine Zidane, entrenador blanco, tiene claro el 11 titular en el que no aparece el galés, el segundo jugador mejor pagado de una plantilla millonaria. Las lesiones y su falta de compromiso le han llevado a esta situación, a perder el sitio y la sonrisa.

Bale sigue siendo el fichaje más caro en la historia del Real Madrid, equipo al que llegó hace cinco temporadas. Su potencial es inmenso, pero menguó al aterrizar en el Bernabéu producto de su falta de adaptación. Eso, y caer lesionado cada vez que irrumpía con fuerza demostrando ser un jugador top. Lo suyo ha sido una constante vuelta a empezar, un ir de más a menos que ha acabado en el banquillo de los suplentes.

CON LA MIRADA PERDIDA

El galés tiene una personalidad introvertida. Sin llevarse mal con nadie, vive al margen del grupo. Un estado que se ha agudizado aislándose más de lo acostumbrado dolido por su suplencia. Ya no celebra los goles que marca, pero tampoco los que meten sus compañeros. Se le ve con la mirada perdida, entre triste, resignada y cabreada. Un tipo que se refugia en el golf como terapia, que se vuelca en jugarlo y quien sabe si frustrado por no haber elegido esa profesión en lugar de la de futbolista.

Bale asume que será traspasado a final de temporada pese a resistirse. Hasta ahora siempre fue titular pese a sus desapariciones por culpa de su fragilidad física. Su entorno asegura que no quiere irse, pero su destino está escrito. Regresará a la Premier donde se pegan por él, con el United al frente. Zidane le consuela con el “todos son importantes” o adelantando que jugará el derbi. Pero sabe que si el domingo es titular será porque los titulares tienen que descansar para la segunda batalla ante el Juventus.