Los técnicos de la Premier, divididos por el hipotético parón

Si 2020 ha sido movido, 2021 no empezará mejor. El coronavirus sigue afectado a todo y a todos y la Premier League lo está viviendo en sus propias carnes. La situación en el Reino Unido es crítica, con una nueva cepa encima más contagiosa que mantiene a la isla en vilo. Es por eso que la liga se está planteando parar durante dos semanas para evitar que proliferen los casos positivos. Una decisión que divide a los entrenadores, si bien los últimos en manifestarse optan por el ‘sí’.

El más claro fue Sam Allardyce: “La seguridad de todos es más importante que cualquier otra cosa. Tengo 66 años y lo último que quiero es coger el Covid. Estoy muy preocupado por mí y por el fútbol en general. Si eso es lo que hay que hacer, tenemos que hacerlo”, aseguró el técnico del West Brom.

Otro más joven como Frank Lampard se mostraba también partidario de parar si es lo que toca. “Estamos en nivel 4 de Alerta y hay un nuevo brote de Covid. Estar seguros es lo primero”, valoró el entrenador del Chelsea. Por su parte, Roy Hodgson, entrenador del Crystal Palace, defendió que se valore el escenario: “Lo que hace la Premier es asegurarse de que mantenemos lejos el virus”.

Solskjaer, en contra

En el lado opuesto se encuentra Ole Gunnar Solskjaer. “Estamos en una burbuja y ha demostrado ser bastante buena. Nosotros hemos sido muy buenos siguiendo los protocolos y las reglas. No veo el beneficio de tener un descanso”, defendía el preparador del Manchester United. “¿Cuándo vamos a jugar los partidos? Si se dejan pendientes no creo que suponga un gran cambio. ¿Cuándo terminaremos la temporada?”, se preguntaba el ‘red devil’.

Adiós al público

La Premier, a pesar de valorar el escenario del parón, emitió un comunicado en el que aseguraba que “con un bajo número de pruebas positivas en la abrumadora mayoría de clubes”, el organismo “sigue teniendo plena confianza en sus protocolos Covid-19 y en poder seguir jugando nuestros partidos como está programado”.

Lo que está claro es que si se juega volverá a ser sin público en las gradas. Apenas ha durado la entrada de 2.000 personas por encuentro. Parecía que poco a poco íbamos recuperando algo parecido a lo que llamamos normalidad, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, en algunas zonas como Londres ya hacía algunas jornadas que se volvía a jugar a puerta cerrada.