Los roles de Pep Guardiola

Poner en duda el nivel colectivo del Manchester City es una aberración. Los de Pep Guardiola practican un fútbol envidiable a la vez que vistoso y atractivo, pero lo más interesante del de Santpedor son los roles que exige a sus futbolistas. El entrenador catalán confecciona corsés a medida para cada uno de ellos y todos están condicionados a la idea de juego del equipo. Algunos jugadores salen muy reforzados de este método, otros no tanto, pero el tiempo le ha dado la razón al técnico.

Guardiola aterrizó en el Etihad la temporada 2016/17, desde entonces, el Manchester City ha ganado cuatro veces la Premier League (las únicas de la historia del club), cuatro ocasiones la Copa de la Liga, una FA Cup y dos veces la Community Shield, llegando a una final de la Champions League (2020/21), el único trofeo que se la ha resistido tras su salida del FC Barcelona. Sin embargo, lo que más valoran en Inglaterra es la identidad que le ha dado al equipo y el juego que imprime en cada encuentro.

La arquitectura de Guardiola

La obra del técnico catalán potencia y mejora a la gran mayoría de futbolistas que pasan por sus manos. Un buen ejemplo, y con solo unos meses de trabajo, es Manuel Akanji. El Manchester City desembolsó 17,5 millones de euros al Borussia Dortmund por el central suizo, que en su etapa en Alemania mostró grandes cualidades a nivel físico pero ciertas carencias en cuanto al trato de balón, una de las características obligatorias para formar parte de la zaga de Guardiola.

A las órdenes del de Santpedor, Akanji ha pasado de ser un futbolista rudo con el balón a un zaguero aseado y que participa mucho en la elaboración del juego. El suizo promedia 82 intervenciones por partido en la Premier y una efectividad del 97% en el pase. Cada vez propone más envíos en vertical y que rompen líneas de presión, apuntándose incluso un pase clave (que genera una ocasión de peligro) en Champions League.

Otro caso que refleja el 'efecto Guardiola' es el de Joao Cancelo, aunque hay muchísimos otros jugadores que han ascendido a otro nivel futbolístico de la mano del técnico de 51 años. El portugués llegó a Manchester en 2019 a cambio de 55 millones de euros, procedente de la Juventus, y al principio generaba ciertas dudas. Ahora, la arquitectura de Guardiola ha dado sus frutos y es uno de los mejores laterales de Europa, aunque esta afirmación se podría considerar una media verdad.

El rol que explota es, en realidad, el de un falso lateral. Cuando el City tiene la posesión, el dibujo cambia a defensa de tres y Cancelo se desliza al centro del campo al lado de Rodri. Por lo tanto, gran parte del encuentro actúa de interior y lo hace como si fuese un mediocentro de toda la vida. Se entiende con los compañeros, entiende el juego y, sobre todo, tiene la habilidad para poder hacerlo. Además, para hacerlo aún más especial, parte desde el carril izquierdo siendo diestro y habiendo jugado toda la vida por la derecha.

Un método no apto para todos

Sin embargo, también hay futbolistas que no están cómodos con el corsé a medida que les fabrica el catalán. Gabriel Jesús, por ejemplo, nunca ha acabado de explotar en el Etihad. Guardiola le creó distintos escenarios en los que no encajó mientras que en el Arsenal de Arteta, en un contexto mucho más libre, está siendo un futbolista clave en el ataque junto a Bukayo Saka y Gabriel Martinelli. El brasileño, que se ha apuntado cinco goles y tres asistencias en Premier, tiene mucha culpa de que el conjunto 'Gunner' vaya primero en solitario.

Lo mismo pasa con Jack Grealish. El extremo de Birmingham, que además carga en su espalda el peso de su desorbitado traspaso (117,5 millones de euros), no está del todo cómodo con el rol tan concreto que le pide Guardiola y no ha logrado ofrecer el gran nivel que presentó en el Aston Villa, cuando tenía mucha más libertad para moverse por el campo.

Está claro que no todos los jugadores están hechos para encajar en los corsés que confecciona Guardiola, pero la realidad es que a muchísimos más les sienta de maravilla y consiguen escalar a otro nivel futbolístico. No obstante, lo más importante para el de Santpedor es el nivel colectivo a través de pedir cosas específicas y concretas a cada pieza del engranaje para que el equipo funcione, aunque algunos futbolistas se pierdan por el camino. Y la balanza del fútbol le da la razón.