El resurgir italiano del Chelsea

El Chelsea conquistó el octavo título liguero de su historia, tercero en los ocho últimos años, tras derrotar al West Bromvich Albion a domicilio (0-1). Un triunfo que devuelve al vestuario el sabor italiano, y la pasión inconfundible, de Antonio Conte, quien despertó a una plantilla deprimida tras una temporada de pesadilla para conducirla al éxito.

El italiano puso de manifiesto en Stamford Bridge esa capacidad de liderazgo que le encumbró en la Juventus y que trasladó a la selección italiana, desde la que aterrizó en el club durante un verano en el que los fichajes de Mourinho y Guardiola se llevaron todo el protagonismo, considerándose a los dos clubs de Manchester favoritos y dejando de lado a un Chelsea que ha acabado por ser inabordable.

Campeón a la primera, Conte sucede a Ranieri en lo más alto

Conte no solo ha demostrado su capacidad sino que ha puesto en el escenario la validez de los entrenadores italianos, sucediendo a Claudio Ranieri como campeón, siendo el cuarto transalpino que gana el trofeo desde 2010 y el segundo, tras Carlo Ancelotti, que lo consigue en su primera temporada en la Premier.

Ranieri logró, probablemente, el reto más improbable al ganar con un equipo menor como el Leicester y lo hizo, también, en su primer año en la Liga... Tras su salida once antes del Chelsea en el que le sustituyó Mourinho.

Ancelotti y Mancini conquistaron el título en 2010 y 2012 

Antes había sido campeón, en 2012, Roberto Mancini al mando de un Manchester City que bien podría ser incluido en los campeones imposibles puesto que logró el título con una remontada utópica frente al Queens Park Rangers en los minutos de descuento de la última jornada.

Mancini cumplía su tercera temporada al mando de los citizens y sucedía a Carlo Ancelotti, llegado en el verano de 2009 al Chelsea y campeón a la primera, tal como un Conte al que solamente le une su procedencia italiana y el ser parte de la historia de los blues.