Xavi no necesita lecciones, necesita tiempo

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona, en rueda de prensa

Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona, en rueda de prensa / Valentí Enrich

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

El nerviosismo se ha instalado en el Camp Nou. La virtual eliminación de la Champions y la dolorosa derrota en el clásico han hecho saltar las alarmas entre los más impacientes. Hay quien, incluso, se atreve a dudar (en privado, eso sí) de la capacidad de Xavi para liderar el nuevo proyecto. Las prisas por volver a ganar títulos en nombre de la sagrada resurrección del Barça que anunció Laporta han generado los primeros ataques de pánico. Las emergencias son enormes. Y la valiente (o imprudente, según se mire) apuesta por el ‘todo o nada’ está empezando a pasar factura en el siempre sobreexcitado entorno blaugrana. Calma. Mucha calma. Este nuevo Barça necesita tiempo. Es imposible crear un equipo campeón en solo trece partidos después de una revolución tan grande como la vivida el pasado verano: hasta 26 movimientos entre fichajes y salidas.

El técnico tiene las ideas claras, pero necesita ese tiempo que le niegan para poder aplicarlas. Y, sobre todo, para conseguir que los futbolistas (los nuevos y los no tan nuevos) entiendan y ejecuten el modelo que pretende impulsar el entrenador. Más allá de los errores individuales, más allá de los fallos arbitrales, el Barça tiene un problema de juego que solo se solucionará con paciencia. Y, por supuesto, apostando por la meritocracia. La temporada es muy larga. Con un Mundial en medio que nadie sabe cómo afectará a los futbolistas. El gran problema del Barça radica en haber quedado fuera de la Copa de Europa a mediados de octubre. Y, también, en las excesivas expectativas generadas. Calma. Mucha calma. La Liga es posible (y la Copa, y la Supercopa de España y, por qué no, la Europa League) y el equipo tiene que empezar a demostrarlo esta misma noche ante el Villarreal.

Xavi pidió al inicio de temporada unidad. Unidad para afrontar el reto de la reconstrucción de un Barça moribundo. Unidad para sumar esfuerzos y, sobre todo, para superar los malos momentos. Unidad en el entorno, pero también dentro del mismo club. El técnico es el primero que sabe que si no se ganan títulos su continuidad peligra: “Con el esfuerzo que ha hecho el club y la plantilla que tenemos, hay que competir por los títulos. Y si no se ganan, ya dijo el presidente que habrá consecuencias, empezando por mí. Si no se gana, vendrá otro entrenador. Lo voy a dar todo para que esto funcione”. Está claro que Xavi conoce mejor que nadie qué es el Barça y qué significa. No necesita lecciones. Solo necesita paciencia.