¡Unifiquen el calendario de una vez por todas!

Este sábado, en Granada, el FC Barcelona tiene todos los números para proclamarse campeón de Liga femenina, la culminación a una sensacional temporada que puede ir acompañado de las dos finales que le quedan hasta final de curso: La de la Copa de la Reina y la final de la Champions. El título de Liga en sí es un hecho especial porque se trata de la novena Liga y la quinta consecutiva que consigue el Barça femenino. Además, este título puede llegar después de ganar todos los partidos en juego menos uno, que empató. Todo esta gesta deportiva quedará en nada porque la organización de la competición ha decidido que el partido se juegue el mismo día en el que el Real Madrid puede proclamarse campeón de Liga de fútbol masculino.

El sábado puede haber dos campeones y el domingo ninguno. Esto es una mala manera de distrubuir el calendario y, como consecuencia, de dispersar la atención de la afición. ¿Tan complicado hubiera sido poner el Granada-Barça el domingo y así el fútbol femenino copase toda la atención de los medios y de los aficionados?, ¿No hubiera sido mejor así para dar realmente valor a la conquista de este trofeo? Resulta que hay quien ha decidido que no, que no valía la pena, que a la sombra de la liga de fútbol masculina se vivía mejor. Una mala decisión si lo que quiere la Liga femenina es captar audiencia y la atención de la gente.

El error se repite este miércoles con la disputa, a la misma hora, del partido de Liga de Campeones entre el Madrid y el Bayern Munich, partido clave para decidir el finalista de la competición, y el Barcelona-Olympiakos, que también se juegan el pase a la final four. ¿No sería mejor que no coincidieran estos dos partidos de tanta expetación?,¿No podría jugar el basket el jueves para evitar tener que competir con la Champions?

El error se repite una y otra vez. Mientras algunos días apenas hay actividad deportiva de competiciones europeas, en otros se solapa una con la otra. Las diferentes Ligas, nacionales y europeas, deberían actuar para repartirse el pastel de mejor manera. A la imagen que hacen en Estados Unidos donde las grandes competiciones se reparten los siete días de la semana para que siempre haya algo a que engancharte.