Opinión

Traspasar a Koundé o Araujo ya no es un trauma

Ronald Araujo y Pau Cubarsí tienen motivos para la celebración

Ronald Araujo y Pau Cubarsí tienen motivos para la celebración / AP

La gran diferencia entre el Barça campeón de Liga de la pasada temporada y el irregular y rezagado de la actual campaña, radica en el rendimiento defensivo del equipo. La mejor defensa de Europa el año anterior es una de las más goleadas entre los equipos de la elite en este ejercicio. Por ahí se han ido la Supercopa y la Copa y la Liga está en situación límite. Son 25 goles encajados más que la temporada pasada (34-9) y catorce más que el Madrid ahora por quince menos entonces. Así es imposible aspirar a grandes títulos.

Pues bien, todo ha cambiado con la aparición de Pau Cubarsí, un niño de diecisiete años cuya progresión está siendo meteórica. Solo lleva diez partidos en la Liga, pero ha devuelto al equipo la seguridad defensiva que tantos puntos suma, exactamente 23 de 30, de ellos 20 de 24 en los últimos ocho encuentros. Con él como líder eclipsando a figurones de la talla de Koundé o Araujo, el Barça ha mantenido la puerta a cero en cuatro partidos y lleva cuatrocientos minutos sin encajar.

Con su seguridad, anticipación, posición, salida de balón y una personalidad excepcional, Pau ha cambiado el guion de toda la temporada, ha devuelto la confianza a la defensa y ordenado a sus compañeros. Y como consecuencia, ha propiciado otro cambio de guion espectacular respecto a la planificación deportiva y a la maltrecha economía: estando él, ya no se ve como un sacrilegio hacer caja con Koundé e incluso Araujo para activar la única palanca que de verdad puede dar aire al club. Lo suyo ha sido un milagro.