El 2-2 no es positivo ni esperanzador

El 2-2 que señalaba el marcador del Camp Nou tras el Barcelona-Valencia no es ni esperanzador ni positivo para el equipo, pues este Valencia no es ni parecido al de años anteriores por razones que ya son conocidas. Un empate, no obstante, que pudo perfectamente acabar en derrota ante las ocasiones de gol (alguna muy clara) que gozaron los visitantes durante el juego. Toca hablar, en esta ocasión de una mala primera parte del Barça, que apenas gozó de ocasiones de gol y, por contra, concedió las suficientes para que el rival se fuese al descanso con ventaja en el marcador.

El más que discutible penalti y la acción posterior de Leo Messi, que acabó en gol, lo impidieron. La segunda parte pudo ser muy entretenida y divertida a ojos de los espectadores, pero como entrenador uno debe buscar siempre tener un cierto control sobre el juego y eso no ocurrió. el mismo problema Se topó el Barcelona, una vez más, con el problema de encontrarse ante una defensa muy replegada y cercana al área. El equipo volvió a demostrar que no tiene recursos ofensivos para romper esas férreas defensas.

Se quiso entrar en la portería rival con el balón (algo casi imposibles de conseguir) y apenas se probó el disparo desde la frontal del área. Es indudable que el Barça tenía el balón, pero las ocasiones más claras seguían cayendo del lado visitante fruto en la mayoría de veces por las pérdidas en la salida del balón. El caos táctico fue brutal. El equipo, muy largo, se rompía por el medio. Era un ir y venir sin ningún control. Personalmente esperaba la entrada de Pjanic para reforzar el centro del campo.