Salid y disfrutad, si es posible

Las jugadoras, celebrando ante un Camp Nou abarrotado

Las jugadoras, celebrando ante un Camp Nou abarrotado / Javi Ferrándiz / Diario SPORT

Danae Boronat

Danae Boronat

Tres días para la tercera final de la Women’s Champions League del FC Barcelona. La tercera en 3 años para un equipo que ni en sus mejores sueños hubiera visualizado que en este periodo alcanzaría el nivel que ostenta. 14 jugadoras se mantienen en la disciplina azulgrana que ha ido aumentando la apuesta incorporando a figuras como Paredes, Hansen o Rolfo que han dado un salto de calidad relevante.

Esta final no tiene a un equipo favorito. La vuelta de semis ante el Wolfsburgo sirvió para ver que hay formas de hacer daño al equipo de Jonathan Giráldez. El presidente del OL, Jean Michel Olas, se aferraba a esa idea: “perdieron 2 a 0 en Wolfsburgo, no son invencibles”. Las francesas también sufrieron para superar la eliminatoria pero cuando llega la hora de la verdad son casi infalibles: 7 Champions de 10.

El Barça llegó a la final de la temporada pasada habiendo superado con dificultades a Manchester City y PSG. Parecía que lo peor había pasado y en la final ante el Chelsea no tuvo oposición. Esta vez queda lo más difícil: cómo defender a Renard en los balones aéreos, cómo impedir que Macario y Cascarino entren en juego, cómo evitar que Hegerberg disponga de ocasiones de gol. El partido concentra todas las dificultades que este Barça puede combatir con su fútbol pero ésta será una final de tú a tú. Nada que ver con las dos anteriores.

Las de Giráldez llegan mejor preparadas que nunca tras completar la liga perfecta pero conscientes de que en Europa ni el Real Madrid ni el Wolfsburgo estaban a su nivel. El OL sí. El equipo que lidera la primera balón de oro de la historia, la noruega Hegerberg, se ha sentido menospreciado últimamente. La delantera que acumula 59 goles en 58 partidos de competición continental declaraba recientemente: “también hubo fútbol antes del Barcelona y se jugó aquí durante años”. Este es un Lyon herido en su orgullo, más peligroso todavía. “Tenemos que volver a ganar para recuperar nuestro lugar en el fútbol mundial”. Y Hegerberg, autora de un hat-trick en la fatídica final de Budapest, tras más de un año ausente por lesión aspira a opacar a Alexia.

Pase lo que pase ha sido un espectáculo ver competir a estas jugadoras. Los culers se han enganchado en masa por el juego brillante que practican, por los partidos épicos del Camp Nou ante el Real Madrid y el Wolfsburgo que trascienden lo deportivo. En Turín, por mucho que el Barça sea el vigente campeón, la obligación no es ganar, si no, de nuevo, salir a disfrutar (si se puede).