Opinión

Rubiales dimite sin entenderlo

Luis Rubiales dimitirá como presidente de la RFEF

Luis Rubiales dimitirá como presidente de la RFEF

El FC Barcelona no ha abierto boca sobre el caso Rubiales, pero su afición fue la primera en pedir la dimisión del presidente de la Federación. Al grito de ‘Rubiales dimisión’, todos los asistentes al estadio Johan Cruyff mostraron su descontento con el todavía máximo representante del fútbol español. Ayer, varios presidentes de las federaciones territoriales hablaron entre sí y le mostraran sus discrepancias a que siguiera un minuto más en el cargo. Se vio acorralado y hoy dimitirá. Estaba obligado, aunque fuera para no seguir dañando la imagen del fútbol español por todo el mundo. Y no solo eso, los gritos del Estadio Johan Cruyff, fueron el primer aviso de lo que podía pasar este fin de semana en todos los estadios de la Liga.

Quizá Rubiales haya hecho un buen trabajo en el fútbol base, en las territoriales, en las distintas selecciones nacionales o en el camino para conseguir el Mundial del 2030, pero no vale todo. No vale besar a una futbolista porque te viene en gana, subirse a otra a la espalda o apoyar la mano con la que se acababa de tocar sus partes en el hombro de la reina Leticia. No vale todo señor Rubiales.

Desgraciadamente sus palabras y sus gestos son más propios de Torrente que de un presidente. Y eso ha provocado que esas terribles imágenes se hayan repetido más veces que las de victoria de las futbolistas.

Me cuentan que a lo largo de ayer empezó a contemplar la opción de dimitir, que la amenaza de la FIFA fue determinante, pero que le costó tomar la decisión. ‘No lo acababa de entender, él es así’, me explica una persona cercana al presidente. Pues mire, señor Rubiales, se lo explico: No hay nadie con el derecho a besar en la boca a una futbolista porque le viene en gana, ni de insultar a los que lo criticaron o de pedir disculpas con la boca pequeña. ¡Ah! Y menos aún de tocarse su miembro viril en el palco de autoridades delante de todo el mundo. La suma de todo eso era la dimisión inmediata. Ha tardado cinco días.