El Real Madrid da la espalda al Barça

Florentino y Laporta han tenido intereses comunes... hasta ahora

Florentino y Laporta, protagonistas del clásico / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

Enemistado con la UEFA por la Superliga, con LaLiga por no aceptar la venta a CVC de un 10% de los derechos de televisión para los próximos 50 años, con los árbitros por el ‘caso Negreira’... el Barcelona se va aislando en su particular camino que ha emprendido.

El Real Madrid, hasta ahora, era quien más le apoyaba, ya sea por el interés común de la Superliga; en la búsqueda de fondos de inversión para financiarse y que Florentino Pérez encontró uno dispuesto a colaborar con el Barcelona como Sixth Street, fondo con el que el Barça sí llegó a un acuerdo por la venta del 15% de los derechos audiovisuales por 25 años; con su mutismo con el ‘caso Negreira’ pues, inicialmente, el Madrid se negó a firmar un comunicado conjunto con todos los clubs de LaLiga.

“Hasta que no te desligues del Madrid, nos irá mal”, le han susurrado a Joan Laporta durante estos primeros años de mandato. “Jan, que lo saben todo de nosotros, déjalos”, le pedían. 

La decisión del Real Madrid de personarse en el procedimiento en cuanto el juez lo abra a las partes perjudicadas supone una brecha entre el Barcelona y el Madrid cuyas consecuencias serán difíciles de calcular. “Ya verán estos ahora”, se dice desde las oficinas de Arístides Maillol.

La directiva blanca celebró el domingo una junta de urgencia para abordar el caso y hoy celebrará una junta general de socios para tomar cartas en el asunto. El Madrid parece haber dado definitivamente la espalda al Barcelona y la guerra se ha iniciado.

Veremos qué dimensiones tiene la batalla pero malos precedentes tienen los presidentes del Barça cuando se han enfrentado a procesos de este tipo. Se empieza por una batalla deportiva, Rosell acabó dos años en prisión y Bartomeu está en jaque pese a ir ganando todos los juicios en los que se ha ido enfrentando.

Ser presidente del Barça es un trabajo de alto riesgo y no hay que menospreciar los tejemanejes que se llevan a cabo en el palco del Santiago Bernabéu. No se trata de llorar porque el Barça hace y ha hecho muchas, muchas, cosas mal, sino señalar que se inicia un proceso complejo, pues no se disputa ante las cámaras de televisión y con VAR de juez.

El Barça, quizás, habrá pagado a un colegiado que no se vestía de corto pero otros tienen los favores de otro tipo de instancias mucho más peligrosas que las de encajar un gol, una derrota o una eliminación.