Opinión

La plantilla del Barça ya no tiene el escudo de Xavi

La renuncia del técnico pone el foco en una plantilla que rinde por debajo de lo esperado

El club ha invertido mucho en los últimos años para tan pobre resultado

Xavi Hernández se irá a finales de temporada

Xavi Hernández se irá a finales de temporada / EFE

La sorprendente renuncia de Xavi Hernández para finales de temporada abre un escenario incierto y de difícil gestión. Es evidente que el entrenador buscaba liberar tensión y, sobre todo, evitar la rumorología sobre su puesto, que comenzaba a generar demasiadas dudas tras unos últimos resultados indefendibles. Xavi se va, pero los que se quedarán aquí son unos futbolistas que, a partir de hoy, empezarán a estar en el centro de la diana.

El entrenador -eso sí es cierto- ha ido cargando con la responsabilidad de todo lo que estaba sucediendo. Tal vez le ha faltado autocrítica en algunos momentos y mano dura, pero los futbolistas se han ido salvando de unas críticas a la totalidad del proyecto encabezado por el propio Xavi. La afición podrá gesticular ya poco contra un entrenador con fecha de caducidad, pero sí contra los jugadores y el palco, dos patas que hasta ahora han pasado muy desapercibidas. Ya no hay escudo y es su momento. Si no dan un paso adelante, el Barça lo va a seguir pasando muy mal y todo se centrará en una remodelación amplia y justa de la plantilla.

La decisión de Xavi le honra y supone un baño de tranquilidad para él y para su grupo de trabajo. No hay duda que lo ha intentado, que ha conseguido algún título importante pero también que se lo ha acabado llevado por delante las altas espectativas que todos, incluso él, se habían marcado al inicio de la temporada. Y escudarse en la economía tampoco es algo lógico cuando el club se ha gastado más de 200 millones de euros en fichajes en dos años.

Los protagonistas de este gasto estarán sobre el terreno de juego ante Osasuna y están obligados a ganar y a convencer. La plantilla ya se reunió, sin técnicos, para conjurarse porque saben lo que se les puede venir encima si no logran competir. Una cosa es no ganar títulos y otra muy distinta sumar derrotas intolerables por cómo se están produciendo. El Barça y sus jugadores deben mostrar que toda esta inversión ha servido para algo y que no se han equivocado apostando por estos futbolistas.