A octavos por el VAR

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Rubén Uría

Rubén Uría

Manolo Montalt, maestro de periodistas, lo definió de manera gráfica: “Con la pelota, España parece Pavarotti, pero sin pelota es Cañita Brava”. Fernando Carreño, otro peso pesado de la profesión, fue quirúrgico: “La España de 2010 jugaba de memoria. La de 2018 juega de recuerdos”. España está en octavos después de una primera fase surrealista, inimaginable y VAR mediante. A punto de ser víctima de sí misma, de ser devorada por sus demonios interiores, se expuso a un tormento innecesario. La agonía tuvo premio: está en octavos. Con más puntos que juego, esa es la verdad. Pero vive. España, capaz de lo mejor y de lo peor, no transmite serenidad. Está repleta de talento, pero juega con fuego sin necesidad, porque un día se va a quemar a lo bonzo. En ataque, una colección de artistas. En defensa, más agujeros que el Prestige. Ante Portugal vimos unos hilillos, ante Irán aquello preocupó y ante Marruecos, España casi se cubre de chapapote. En el haber, sus solistas. En el debe, un pésimo balance defensivo. Antes del Mundial se dijo en los medios, con euforia desmedida y alegría, que España era capaz de ganar a cualquiera sin bajar del autobús. La realidad: sin bajar del autobús, puede perder con cualquiera.

La selección necesita autocrítica y cambios para volver a la senda que jamás debió de dejar de transitar. El que no esté en forma, que salga. El que no crea, que lo deje. Y el que esté bloqueado por el miedo, que dé un paso al costado. España padeció ante Marruecos, vivir para ver, y con fortuna, se metió. A uno le pagan por contar lo que sucede, no por apasionarse y lo que pasó fue lo relatado. Siguiente estación, Rusia, por el lado fácil del cuadro, si hay algo fácil. Ojalá España levante el vuelo y se libere. Está en octavos gracias a un taconazo sublime de Iago Aspas (que merece jugar más).y a la consulta del VAR. Sí, paradojas de la vida. España está en octavos gracias a ese invento que, según muchos iluminados, arruinaría el fútbol y no lo haría un poco más justo. País. España está en octavos. Pero si no mejora, será un viaje a ninguna parte.

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