Núñez, Gaspart, Laporta, Rosell, Bartomeu... y el 'Caso Negreira'

Luis De Carlos y Josep Lluís Núñez el día que firmaron la paz tras la mediación del presidente de la Generalitat de Catalunya, Josep Tarradellas

Luis De Carlos y Josep Lluís Núñez el día que firmaron la paz tras la mediación del presidente de la Generalitat de Catalunya, Josep Tarradellas / Archivo Sport

Toni Frieros

Toni Frieros

Desde que Santiago Bernabéu, con la anuencia y apoyo del régimen franquista, le robara al FC Barcelona el fichaje de Alfredo Di Stéfano en los años cincuenta, siempre ha existido el resquemor en la entidad/afición azulgrana, por no decir la seguridad, de que el Real Madrid ha gozado de bula. Un trato de favor, también, por parte del estamento arbitral. Ya saben, Ortiz de Mendíbil, Guruceta, el ínclito José Plaza... Unos dirán que no ha sido más que un histórico complejo de inferioridad por parte del Barça, si bien ese sentimiento siempre ha estado a flor de piel entre los aficionados barcelonistas y sus dirigentes. Y no solo entre los culés. ¿Les suena algo aquello de "así, así, así gana el Madrid" en El Molinón, El Sadar, San Mamés y tantos otros campos de fútbol?

Intentar cambiar esa tendencia, o contrarrestarla, fue una obsesión que tuvo Josep Lluis Núñez en su época del presidente del FC Barcelona. ¿Recuerdan la ‘pelea’ entre Núnez y Luis de Carlos donde el propio President de la Generalitat, Josep Tarradellas tuvo que poner paz? Todo nació por unas duras declaraciones de Núñez: "Los árbitros siempre ayudan al Madrid". Ambas entidades rompieron relaciones.

Ha llovido mucho desde entonces y, miren por dónde, llegamos a 2023 con un guion inverso y perverso: ahora resulta que en los últimos decenios ha sido el Barça el que ha estado buscando favores arbitrales y no el eterno rival. “Nunca lo dirán, porque no pueden”, me dice un ex alto dirigente azulgrana. “¿El qué?”, respondo. “El Barça jamás ha pagado para que le piten a favor, nunca lo ha pedido, lo ha hecho para que el sistema, que ya estaba montado así, no le perjudicara más. Que al menos, se equilibrara ese trato de favor que siempre ha tenido el Real Madrid”. Y ese ha sido el propósito en el que han coincidido Núñez, Gaspart, Reyna, Laporta, Rosell y Bartomeu.

Reprobable, falto de ética, inmoral si quieren y también inapropiado, desde luego, pero el FC Barcelona no ha comprado a ningún árbitro. Jamás. Y si es así, que se demuestre con nombres, apellidos y fechas. Verán, en los últimos años, el FC Barcelona ha pagado 475.000 euros netos a los Negreira por temporada. Supongamos que a sus bolsillos han ido a parar la mitad. Como está documentado, han realizado unos 100 informes arbitrales entre Barça y Barça B al año. Sale a 2.370 euros por partido. ¿Alguien cree que con ese dinero se puede comprar a un equipo arbitral? Esta no es la cuestión. Es otra. Y el fútbol español, todo, sabe de qué iba el tema. Desde los años cincuenta.