De Manchester a Almería

Las mejores imágenes del Almería - Barça

Las mejores imágenes del Almería - Barça / Javi Ferrándiz

Rubén Uría

Rubén Uría

Jugando como en Almería, al Barça no le espera nada bueno. Si gana esta Liga, habrá completado una buena temporada. Y si a esa conquista es capaz de añadirle la Copa, despedirá el curso con triplete. Fácil de decir, difícil de hacer. 

Si eso pasa, el socio estará feliz, porque el equipo habrá vuelto al lugar que le corresponde. El asunto es que, si el Barça juega como lo hizo en Almería, será difícil. Por cierto, desde la consideración que cualquier aficionado puede sentir por un club del tamaño del FCB, urge que el club revise su discurso. El KO en Old Trafford, además de otra brecha económica, fue un palo para el aficionado. Son ocho años sin dar la talla en Europa. Un lastre enorme para un club que, aunque carbure en los torneos caseros, está obligado a ser un grande de Europa. Por calidad, presupuesto y masa social. 

Si se gana el triplete, todo quedará en anécdota. Perfecto. A uno, que le pagan por opinar y no por apasionarse, le parece un error. Hay licencia para perder, pero no para hacerlo como se hizo y gestionarlo como se gestionó. Se habló de mala suerte en los sorteos, de lesionados, del eterno mantra de que el Barça sigue en obras y de propina se remarcó que el equipo había competido. ¿Competir? Solo faltaría. Es el Barça, no el Sabadell. Con todos los respetos para el Sabadell

Se dijo que se había perdido contra el equipo más en forma de Europa, pero luchando y dando la cara. Un discurso pacato, vacío y conformista. Uno que hace pequeño a un club grande. ¿Competir? Tras las palancas y los fichajes, eso es lo mínimo que se debe exigir al equipo. Al Barça le han eliminado de Europa cuatro veces en dieciséis meses. Y a este equipo hay que pedirle más. Mucho más. Si el Barça quiere volver a ser referencia del fútbol mundial, debe dejarse ya de historias para no dormir y abandonar la autocomplacencia. Es hora de tener algo más de autocrítica.

Que el Barça se la pegue en Europa empieza a ser rutina. Y el club no puede seguir acostumbrándose a eso. A este Barça hay que pedirle mucho más. Tiene calidad y fútbol para eso. No se trata de cortarse las venas, ni de tirarse de un puente. No va de eso. Se trata de pelear por todo y demostrar ambición. De estar a la altura de esa camiseta. El Barça de Pep coleccionó títulos por algo sencillo: nunca tenía suficiente, siempre quería más y cada derrota le dolía en el alma. Si este Barça gana esta Liga, será una buena temporada. Pero que nadie se engañe: pasar de puntillas sobre el desastre europeo es hacerle un flaco favor al club. El discurso no puede ser decir que caer en Europa se tolera porque se ha competido y después, no competir contra el Almería. A este Barça hay que pedirle mucho más

EL ELEFANTE EN EL SALÓN

El Atleti acabó con diez. Correa, a la calle. Rüdiger, nominado al Óscar. Lo de siempre, como siempre. El elefante seguirá en el salón, Gil Manzano seguirá pitando y la ‘central lechera’ nos dirá que el Atlético, por denunciarlo, es un equipo llorón y pequeño. Cuando uno se compra un perro, no tiene necesidad de ladrar, porque para eso está el perro.

LA TETA Y LA SOPA

Los telepredicadores, adictos al arte de las asesorías verbales al Madrid, decían que Luis Enrique era el diablo por no convocar a Ramos. Luego nos contaron que De La Fuente, ‘honesto y trabajador’, sí convocaría a Sergio. La realidad: Sergio Ramos no volverá con España. Teta y sopa no caben en la boca. Soplar y sorber. Las dos cosas no pueden ser.