Liberté, egalité, Mbappé

Mbappe 2025

Mbappé, renovado hasta 2025 / Twitter

Rubén Uría

Rubén Uría

Kylian Mbappé se ha reído del Madrid, convirtiéndolo en un meme. En un profiláctico de usar y tirar. Después de cinco años de brasa insufrible, jaleada por la central lechera, el parisino apareció en escena radiante mientras escuchaba, de fondo, el cántico unánime de los ultras del PSG: “Puta Madrid”.

Una imagen que valía más que mil palabras. Y que mil portadas que mejoran al arder. Efectos secundarios: Sorpresa. Desesperación. Desmayos. Espasmos. Acidez. Popó. Lloros. Rabia. Bilis. Pataletas. Balbuceos. El crimen intolerable de Mbappé, haberse reído, en público, del equipo del que no se puede reír nadie, ultrajando el mito del conseguidor infalible.

Las marionetas mediáticas del poder, que durante un lustro han tenido erecciones mentales y sueños húmedos con Mbappé, quedaban en ridículo. Kylian, que era su Dios, que era un chico maduro y que tenía la cabeza bien amueblada, ahora es un pesetero y un tipo sin palabra. Mbappé es un pobre hombre sin palabra, no como Luis Figo, todo dignidad y cuello. Patraña que tu hiciste, patraña por hacer. Valores vendo y para mí no tengo.

¿La culpa? Del jeque, del emir, de Qatar, de los petrodólares, de los clubes-estado, de la viruela del mono, del empedrado y de quien haga falta. Humo que vendiste, humo por vender. Ni el antimadridista más radical habría diseñado un plan de cinco años tan humillante como este. Renovado hasta 2025, autor de uno, dos y hasta tres goles, Mbappé festejaba un buen día de caza. Los mamporreros de Florentino, con su código moral de geometría variable, abrazaron la coartada barata: la culpa es de los clubes-estado y del dinero, que lo corrompe todo. Carcajadas.

Si el asunto es señalar que los clubes-estado reciben patrocinios inflados y tienen recursos inagotables, perfecto. El problema es que eso ya se sabía. La cuestión es que eso se daba por sentado. El asunto es que eso no importaba cuando algunos festejaban antes de tiempo. El ridículo es que los que ahora lloran como plañideras porque un club-estado retiene a Mbappé, son los mismos que se partían la caja cuando Qatar se llevó a Neymar.

El problema no son los clubes-estado. El problema es la doble moral. El tema es culpar a los clubes-estado de destrozar el fútbol mientras otros diseñan una Superliga clandestina. El asunto es que ahora los ricos son otros, que les han quitado el sitio y que ahora los jugadores han nacido para jugar donde les paguen más.

Catarí, que te ví. Fiesta en París, funeral en Madrid y ambulancias para 'Mister Exclusiva'. Retratados por la hemeroteca, algunos ahora no paran de patalear. Mbappé, paripé. Y ahogados en su bilis, sabiendo que les han utilizado, van a tener que tragar. ‘Liberté, Egalité, Mbappé’.

UNAS VECES SE GANA Y OTRAS, SE APRENDE

Cero reproches para el Barça femenino. Completó una temporada brutal, batió récords, jugó de cine y es el mascarón de proa del club. Perdió una final, cayó ante un extraordinario equipo y ahora, en la derrota, hay que felicitar al rival, superarse a uno mismo y trabajar aún más duro para volver más fuerte. Unas veces se gana y otras, se aprende.

‘LIM GO HOME’

Mestalla, vacío. La calle, llena. Las acciones, de Peter Lim. El sentimiento, que no se compra con dinero, de la gente. Una lección enorme de cómo se defiende un sentimiento y un club. Quieren que ‘Meriton’ salga ya de su club. Eso exige y merece respeto. El Valencia no se muere. Le están matando. Y por eso su gente lanza un SOS: "Lim Go Home".