Opinión

La irrealidad de Xavi y su amor por Laporta, Yuste y Deco

Xavi dirigió la última sesión antes del partido ante el Valencia

Xavi dirigió la última sesión antes del partido ante el Valencia / VALENTÍ ENRICH

En la primera rueda de prensa tras la debacle de Amberes, Xavi reclama de nuevo la unión del barcelonismo. La misma, según el propio técnico, que existe entre el presidente, el vicepresidente, el director deportivo, el staff y sus futbolistas. Dijo sentirse bien, positivo e ilusionado. Afirmó que el equipo entrena bien y que los jugadores también están ilusionados. Reclamó confianza en los suyos y sorprendió al afirmar que todo lo que se está contando es una irrealidad. Usó esa palabra en reiteradas ocasiones.

Está bien que Xavi sea el que está más animado y el más optimista, pero de eso a decir que no es real lo que estamos viendo va un abismo. Xavi no puede ocultar que la imagen que transmiten sus futbolistas en estos últimos partidos no se corresponde con sus palabras. Venimos advirtiendo que el equipo va a menos. El propio Xavi nos da la razón. Dijo que de los cuatro últimos partidos, sin contar el de Amberes, el equipo ha pasado de jugar excelente a notable a jugar bien. Una visión muy optimista pero que, él mismo confirma que han ido a menos.

Ojalá se cumplan todos los pronósticos de Xavi y terminen la temporada con un excelente. Este es el principal deseo de los aficionados y también el nuestro. Por eso intentamos explicar y analizar el mal juego desplegado en alguna de las últimas jornadas o el bajo rendimiento de alguno de sus futbolistas. Por otro lado, Xavi no puede argumentar en su defensa que a la afición corea su nombre cada partido.

Lo que más claro quedó es su adoración por Laporta y los suyos. Al presidente lo citó en siete ocasiones, a Yuste en cuatro y a Deco en cinco. Un amor tan incondicional como peligroso. Ellos, Laporta, Yuste y Deco, serán los primeros que tomarán decisiones si las cosas no funcionan. Para eso están. En fin, que se entiende que reclame unión, pero me parece excesivo pedir que si se empata o pierde en Valencia se siga apoyando en silencio su proyecto.