Hasta el último segundo...

El Barça ha tirado media Liga y media Champions en cuatro días. El doble mazazo ha sido durísimo. Terrible. Y la desilusión, mayúscula. La negativa transformación del equipo ha sido tan sorprendente como dolorosa. Resulta increíble que los mismos jugadores que hicieron el milagro ante el PSG o rozaron la excelencia frente al Sevilla hicieran el ridículo en Málaga y Turín. El ridículo, sí. Porque lo que ha pasado en la última semana no tiene otra denominación... Sin embargo, no todo está perdido. Ya sé que cuesta mucho ser optimista después de la imagen ofrecida en el campo de la Juventus. Pero hay que seguir confiando en este grupo hasta el último minuto. Hasta el último segundo. Estos futbolistas que lo han ganado todo, que nos han brindado las mayores gestas deportivas de la historia blaugrana, todavía merecen un poco de credibilidad. La Liga y la Champions están casi imposibles. Casi. Y a ese casi debemos agarrarnos todos los culés. Hacer un acto de fe y volver a confiar en un milagro. En un doble milagro...

Hoy, ante la Real Sociedad, el Barça debe reaccionar. Debe demostrar que existe todavía esperanza. Que a pesar de todo, aún es posible ganar un título. O dos. Incluso tres... Y la única manera de hacerlo es regresando a los orígenes. A la esencia. Recuperando el estilo. Y apostando por el fútbol. Cuando el Barça juega como el Barça, todo es posible. Lo sabemos. Lo hemos visto. Es lo que nos permite no tirar, definitivamente, la toalla. El recuerdo de la brillantez es lo que mantiene viva la esperanza. La brillantez y el amor propio de jugadores como Messi, Iniesta, Sergio Busquets o Piqué, la columna vertebral de un vestuario que no ha dicho su última palabra. Esta noche, en el Camp Nou, estos jugadores tienen la posibilidad de reivindicarse. Si lo hacen, todavía hay esperanza para este Barça. Si se rinden, si bajan los brazos, el fin de ciclo resultará irreversible.