No nos engañemos: no hay alternativa a Xavi

Xavi anima a sus jugadores a competir hasta el final

Xavi anima a sus jugadores a competir hasta el final / Valentí Enrich

Ernest Folch

Ernest Folch

Sin peligro a equivocarnos, podemos decir que Xavi está en el peor momento desde que llegó al Barça. Tras un esperanzador inicio de temporada, sobre todo tras las eléctricas exhibiciones ante el Betis y el Amberes en las que parecía que se iba por fin a dar el prometido salto, el equipo se paró de golpe, como si se hubiera activado un invisible e inquietante freno de mano.

Desde la última media hora del clásico, en la que tiró por la borda su buena primera hora, el Barça sufre una sorprendente parálisis de juego, estancado sin remedio en el mismo punto, incapaz de hacer evolucionar un solo milímetro su creciente atonía.

Curiosamente, siguen siendo infinitamente peores las sensaciones que los números, y aunque el equipo se descuelga peligrosamente a cámara lenta en LaLiga, sigue perfectamente vivo en todas las competiciones. Digamos que las alarmas han saltado más por lo que se intuye que puede pasar que no por lo que está pasando realmente.

En medio de este panorama, la figura de Xavi, una leyenda del barcelonismo siempre más blindada que un entrenador cualquiera, empieza a ser discutida. Xavi efectivamente se equivocó gravemente abriendo un frente innecesario con la prensa, y el principal responsable de que el equipo tenga un perfil tan plano sin duda es él, pero focalizar únicamente en el entrenador es simplista y altamente sospechoso.

Primero porque habría que empezar a debatir la famosa tesis, fabricada desde el club, de que la plantilla es altamente competitiva y que solo falta un entrenador competente que la haga funcionar. Una teoría sospechosa que viene a decir algo así como: nosotros ya hemos hecho nuestro trabajo, ahora que lo haga Xavi. ¿De verdad alguien piensa que Ferran Torres, Raphinha, Oriol Romeu o este Lewandowski que cumplirá 36 años serían titulares en algún equipo top de la Champions? ¿O que estos maravillosos Lamine o Fermín tienen que llevar a su edad el peso de los momentos críticos?

Segundo, porque el caos organizativo de la dirección deportiva, con la doble fuga de Mateu Alemany, la dimisión de Jordi y el anuncio en diferido de Deco, no parece la mejor ayuda para el entrenador. No digamos ya si desde dentro, como quien no quiere la cosa, empiezan a deslizarse futuribles, poco probables o poco creíbles, como Michel o Rafa Márquez.

Cierto, el Barça está atravesando un mal momento, pero digámoslo claramente: no hay alternativa a Xavi. Laporta se la jugó con un fichaje que traía en la cartera su rival electoral, y ha ido demasiado lejos en su apuesta como para plantear ningún otro escenario sin que él quede también tocado.

Xavi, efectivamente, está pasando un mal momento y debe trabajar a fondo para sacar al equipo de este pozo, pero no es el único que debe hacer autocrítica. Culpar de todo al entrenador es tan anticuado e injusto como malicioso.