Las dudas que deja el Espai Barça

El Espai Barça, una obra estratégica para el club

El Espai Barça, una obra estratégica para el club / VALENTÍ ENRICH

Toni Frieros

Toni Frieros

La elección de Limak como empresa responsable de la remodelación del Camp Nou sigue supurando. Y dejando dudas. El comunicado del FC Barcelona desmintiendo la información de ‘El Confidencial’, en lugar de zanjar el tema, delató al propio club. 

Y no lo digo yo, lo dicen todos los expertos del sector de la construcción consultados. Si es cierto que el 1 de septiembre de 2022 las empresas aspirantes tuvieron conocimiento del pliego de condiciones, es imposible que en menos de tres meses nadie, absolutamente nadie, pudiera tener todos los estudios hechos y calculados para presentar una oferta tan compleja de preparar. 

Por lo tanto, retrocedamos en el tiempo y digamos las cosas claras: la empresa Limak fue la última en interesarse por la licitación, a mediados del 2022 (ya no estaba en el club Ferran Reverter), al contrario que el resto de sus competidores: Sacyr, Acciona, Fomento, Ferrovial, etc... Estas empresas llevaban años trabajando en un proyecto que se detuvo por la pandemia y el cambio de junta.  

La pregunta que deben hacerse todos los socios es: ¿La obra más icónica en la historia del club debe hacerla una empresa turca? Y otra más importante aún: si ya existía un pliego de condiciones que establecía unos criterios exigentes, de máximos, para acotarla a las mejores empresas, ¿por qué no se han mantenido? Obviamente, de haberse respetado esos criterios, Limak no hubiera podido participar. ¿Quién decidió bajar el listón, en qué reunión, quiénes participaron?

Los miembros del Espai Barça, no, desde luego, porque de lo contrario no hubiera ‘dimitido’ Jordi Llauradó (¿algún día dará explicaciones?),el que fuera director de Patrimonio, Ramon Ramírez, tampoco. Entonces, ¿quién? El FC Barcelona afirma que Limak es la que garantizaba el precio más bajo y el menor tiempo de construcción, con una penalización de un millón de euros por día de retraso en la entrega de la obra. Una oferta que permite estar el tiempo justo en Montjuic y rentabilizar el nuevo Camp Nou cuanto antes. Perfecto. 

Ahora llega la otra cuestión, tan importante o más que la construcción: la financiación. Los bancos a los que se les ha pedido los 1.500 millones de euros están haciendo muchas preguntas. Han encargado a una Agencia de Calificación el riesgo que comporta que la obra la haga una empresa como Limak, que no es de la UE. En función de todo ello aplicarán un interés u otro. Y pedirán unas garantías u otras.

¿A cuántos años y a qué tipo de interés tendrán que devolverse esos 1.500 millones? Entonces sabremos si lo barato saldrá caro... o no.