El derbi vuelve a ser mucho más que un partido

Leo Messi suele ser la gran pesadilla del Espanyol en los derbis

Leo Messi suele ser la gran pesadilla del Espanyol en los derbis / AFP

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

Hacía muchos años que los derbis venían descafeinados. La diferencia económica entre los dos clubs empañó una rivalidad histórica que solo renació en el polémico choque de la pasada temporada en Cornellà en la que el Espanyol sacó un empate de intensidad ante un Barça que recogió su venganza en la eliminatoria de Copa del Rey. Fueron semanas convulsas que recordaron tiempos de antaño y reabrieron cicatrices que parecían olvidadas. El derbi tuvo un amago de regreso a la espera de lo que pueda suceder esta temporada. Y, de antemano, el encuentro tiene todos los alicientes para convertirse en un auténtico partidazo. 

El nuevo proyecto del Espanyol le ha cogido el pulso a la Liga casi sin hacer ruido y llega al Camp Nou como el equipo más sólido del momento. Robustez detrás, pocas florituras y máxima verticalidad y eficacia ofensiva. Un cóctel explosivo que ya le ha funcionado a otros rivales en feudo azulgrana. El Barça debería tener claro que no será un partido fácil y que no hay margen para nuevos tropiezos impensables. Si el Espanyol moja en el Camp Nou, media Liga sería para el Madrid. Es el último partido del año. Y el inicio, tal vez, de una nueva era de derbis.