Cinco minutos con Bartomeu

Josep María Bartomeu

Josep María Bartomeu

Ernest Folch

Ernest Folch

Casualidades curiosas de Barcelona: pocas horas antes de la semifinal de Supercopa entre el Barça y la Real Sociedad, me encuentro a Josep Maria Bartomeu por la calle, con la mascarilla de rigor, detrás de la cual se adivina su sonrisa eterna. Cuando lo veo, me doy cuenta de que, desde el pasado 27 de octubre en el que se fue, no habíamos sabido absolutamente nada de él. Aprovecho la oportunidad que me ha brindado el destino para atropellarle a preguntas durante 5 minutos. La primera, la más obvia, ¿cómo estás? Me dice que está muy bien, tranquilo y liberado, y que ahora mismo está totalmente volcado en su empresa que, en estos momentos, como tantas otras, sufre las consecuencias de la pandemia. Pero enseguida, como un resorte instintivo, nos ponemos a hablar de este nuevo Barça de Koeman, del que me asegura que no se pierde ni un solo partido, y al que sigue con entusiasmo.

Me cuenta que tiene mucho mérito lo que está haciendo Koeman, y que en estos últimos partidos se ha confirmado que es el técnico ideal para hacer la transición que necesitaba el Barça. Que la explosión de Pedri no es ninguna sorpresa porque dentro el club conocían su talento y que es mérito del trabajo de Ramon Planes al que, me añade, le hubiera gustado tener en el club mucho antes. Que se esperaba también el buen rendimiento de Araujo, pero que en cambio ha tenido una sorpresa muy agradable con Mingueza. Que Koeman está consiguiendo, por las lesiones o las bajas, que una nueva hornada de jóvenes dinamice el equipo, algo que cree que era absolutamente necesario. ¿Pero la revolución no llegó demasiado tarde?, le pincho. Sí, tienes razón, me confiesa ‘Barto’, me equivoqué siendo demasiado prudente después de la debacle de Liverpool, hicimos tras el 2-8 algo que debimos hacer justo un año antes, este fue mi principal error. Veo al expresidente siendo autocrítico y sin ninguna acritud, y aprovecho para preguntarle si cree que fue víctima de un linchamiento: no, me dice, pero algunos fueron a por mi con mucha virulencia, quizás porque no me volvía a presentar y sabían que era una blanco fácil, pero cuando eres presidente ya sabes a lo que juegas.

Y, me añade, para que veas que nada me ha afectado, si hubiera podido me habría vuelto a presentar otra vez. Todavía perplejo le pregunto si es cierto este rumor que dice que quiere que gane Laporta las elecciones. No, me contesta, Jan tiene muchas virtudes pero ahora mismo lo mejor para el club, en plena pandemia, es alguien que tenga un perfil más gestor. ¿Sabes qué?, me dice antes de irse a toda prisa, estad atentos al Barça Corporate, esto es lo que salvará la economía del club. ¿Y Messi?, le pregunto. Aquí ‘Barto’ calla, se limita a sonreirme, y se va dejándome con la sensación de que su proverbial buen humor ha sido el escudo que lo ha protegido, como una red mágica, durante estos últimos años de montañas rusas.

MÉS QUE UN CLUB, Jaume Giró y la atracción de talento

Jaume Giró, ex Fundació La Caixa y personalidad relevante de la sociedad barcelonesa, presentó ayer el programa económico de la candidatura de Laporta e hizo una ‘masterclass’ sobre la situación financiera del club. Que una figura de su peso haya aceptado presentarse a las elecciones es un éxito para Laporta y para el Barça, ahora mismo muy necesitado de volver a atraer a profesionales de talento.

MENYS QUE UN CLUB, El primer error de Laporta

Laporta tiene toda la razón cuando dice que el Barça necesita un nuevo gobierno urgentemente. Pero se equivoca gravemente cuando habla de “fraude” si no pueden celebrarse los comicios por razones sanitarias. En plena pandemia, decir que “no hay razones objetivas” para el aplazamiento suena absurdo. Laporta sigue en cabeza por goleada, pero el primer tanto que recibe, totalmente evitable, se lo ha metido él en propia puerta.