Un Barça seguro de sí mismo

Los blaugranas reaccionaron tras el descanso para superar a un Alba correoso y muy serio

No fue un encuentro inolvidable, pero el equipo dejó en el Palau la imagen de que dominan el escenario

Jasikevicius no quiere confianzas con la visita del ALBA Berlín

Los jugadores del Barça ante el ALBA Berlín / VALENTI ENRICH

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

OBJETIVO CUMPLIDO

El Barça ya tiene el factor pista. En un partido tosco, poco lucido, los blaugranas reaccionaron tras el descanso para superar a un Alba correoso y muy serio. Kuric salió en el cinco inicial. Saras, aún sin volverse loco, decidió repartir minutos entre jugadores como da Silva o Kuric pensando en retos futuros. Quien no pisó la pista fue Tobey, uno de los más destacados en los últimos encuentros. El inicio del partido hacía presagiar un partido cómodo.

Vesely sumó los seis primeros puntos del Barça con su típico tiro a bola doblada. Todo parecía ir sobre ruedas. Tanto que los blaugranas se relajaron. Algo que tuvo continuidad hasta el descanso. Los de jasikevicius sólo cometireon 5 faltas en 20’. Por su parte el Alba, como no se sentía presionado, jugaba las posesiones casi hasta el límite y, al final, siempre encontraba la pieza que acababa anotando. Excepto Koumadje, el conjunto alemán no tiene refrentes interiores.

Pero, por el contrario, cuenta con una serie de hombres físicos, que se mueven bien por el perímetro y tiene un buen lanzamiento exterior. Una virtud que hizo daño al Barça ya que los pívots blaugranas, al ser más altos, tienen menos movilidad. El Alba al llegar al descanso, había hecho un 6/12 en triples, de seis jugadores diferentes. Suerte que, en el último suspiro, antes de irse al vestuario, Laprovittola, con dos entradas espléndidas, ajustó el marcador.

SE IMPUSO LA LÓGICA

En la reanudación, poco a poco, el Barça empezó a marcar el ritmo. Se desperezó algo, y Kuric volvió a ser titular. A los pocos minutos, Kalinic dio descanso a Mirotic. Saras colocó al jugadore serbio de cuatro, para acoplarse al perfil del rival, más bajo y rápido. El movimiento táctico dio sus frutos.

Kalinic estuvo soberbio, los blaugranas apretaron detrás, y el Alba empezó a notar el cansancio. Ahora, sus lanzamientos ya no eran tan fiables, perdían muchas bolas, 17, y los errores se multiplicaban. Mientras que los blaugranas cedieron sólo 7 posesiones. Fue en la fase final del tercer cuarto, con un 43-39, cuando se rompió el partido. Se desmelenó Sanli, una de sus mejores actuaciones de la temporada, y bajo su influencia el marcador se disparó hasta alcanzar una ventaja insalvable de 60-45.

Unos minutos de buen básquet del Barça, control de la situación, y sensación de superioridad absoluta. El resto hasta el 72-56 final, una anécdota. Una victoria trabajada. Cuando el Barça quiso, pudo. No fue un encuentro inolvidable, pero el equipo dejó en el Palau la imagen de que dominan el escenario, y que se sienten seguros de sus posibilidades.