Arthur no es Xavi y no lo será nunca

Arthur hará carrera en el Barça si le dejan

Arthur hará carrera en el Barça si le dejan / EFE

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Arthur abrió la puerta del Barça de un patadón, con un recital de videoteca en Wembley ante el Tottenham. El brasileño puso un punto y aparte a la temporada porque, desde aquel día, nada ha vuelto a ser lo mismo. Entonces ya se le intuían movimientos que recordaban a algo ya vivido, un ‘déjà vu’ futbolístico que provocaba una sensación de bienestar. Sí, Xavi Hernández. La genética tiene razones que la razón no entiende. El barcelonismo se abrazó a Arthur pensando que acariciaba la reencarnación de quien se esculpió durante años, incluso décadas. Se parecen, eso es evidente, pero Arthur no es Xavi y no lo será nunca. Y no lo será por muchas razones, pero, sobre todo, porque en el Barça solo existe paciencia para quienes llegan desde la cantera. A veces, hasta demasiada paciencia y en sentido contrario, como en el caso de Carles Aleñá o, incluso, Riqui Puig.

Arthur se apellida Melo y no Hernández, creció en Goiania y no en Terrassa, pero se le pide, después de 34 partidos y 2011 minutos con el Barça, que no pierda ni un balón, dé tres asistencias de gol en cada partido y se comporte como un canterano. Piden al Arthur de 22 años que sea Xavi Hernández con 30. Que llegue a la luna cuando ni siquiera sabe subirse al cohete. En definitiva, ser, a sus 22 años, el recuerdo benévolo y sin impurezas del futbolista que más partidos ha jugado de blaugrana en toda la historia. Pedir peras al olmo es una postura estúpida y, aunque Arthur, bien asesorado,  puede acercarse a la luna que hizo suya Xavi Hernández, si el necio sigue mirando el dedo, se quedará a medio camino entre lo que quisimos que fuera y lo que le obligamos a ser.