Adbe, ¡Me caes de narices, niño!

Sin duda, la noticia del partido ante el Osasuna estuvo en el terreno de juego. Pero no por el resultado, si no por lo que pasó después con uno de los jóvenes jugadores. Las declaraciones de Abde después del partido sorprendieron al conjunto de la prensa y a todos los aficionados. Primero, por su poca capacidad de reacción ante los periodistas, pero sobre todo por la naturalidad aplastante de sus palabras. Abde se quedó en blanco cuando le preguntaron sobre qué le había aportado Xavi, y no estuvo mucho más lúcido cuando tuvo que responder sobre las indicaciones de su entrenador.

Las críticas a Abde no se han hecho esperar, pero yo me quedo con una cosa mucho más importante que no estamos acostumbrados a ver o escuchar a los futbolistas: su naturalidad y espontaneidad.

Me quedo con la inocencia de un chico joven que no está acostumbrado a responder ante los periodistas, y también me quedo con lo políticamente incorrecto de su respuesta. El comportamiento de Abde me seduce. Dentro del campo fue el mejor jugador, sin duda, pero fuera también. Vale más la sinceridad de Abde que el cúmulo de obviedades y de respuestas previsibles de la mayoría de los futbolistas, tanto del Barça como del resto de equipos.

La respuesta de Abde es la respuesta del que no tiene nada que perder, del que es espontáneo y natural, de alguien a quien sólo le interesa disfrutar del fútbol y a quien no le importa lo que digan los demás. Sólo espero que nunca pierda esta naturalidad fuera del campo, y sobre todo, que tampoco la pierda dentro. Deseo que este sea otro argumento para la esperanza de juego del Barça. Hace tres meses no te conocía, pero ¡me caes de narices, niño!

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