AUDIENCIA NACIONAL

Pompeyo, el jubilado acusado de enviar una carta bomba a Pedro Sánchez, "era muy maniático"

Los agentes de policía encargados de su vigilancia describen su comportamiento en el primer día del juicio contra el burgalés de 74 años

Está acusado de un delito de terrorismo y otro agravado de fabricación y empleo de aparatos explosivos

Pompeyo González, el jubilado que envió una carta bomba a Pedro Sánchez, en la Audiencia Nacional

Pompeyo González, el jubilado que envió una carta bomba a Pedro Sánchez, en la Audiencia Nacional / / ISABEL INFANTES

Alberto Muñoz

A sus 74 años, Pompeyo González es uno de los presuntos terroristas más atípicos que han pasado por la Audiencia Nacional. La policía le describe como un hombre "muy maniático", capaz posiblemente incluso de darse cuenta de que le estaban vigilando en su vivienda de Miranda de Ebro, pero también templado hasta el extremo de no perder la calma ni cuando fue detenido por enviar presuntamente seis cartas bomba, entre ellas una al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Con expresión tranquila, y vestido para la ocasión con una camisa de cuadros de manga corta, el jubilado burgalés de 74 años ha afrontado esta mañana el primer día del juicio en el que está acusado de un delito de terrorismo y otro de fabricación y empleo de explosivos en su modalidad agravada.

Los otros cinco objetivos de las cartas enviadas presuntamente por Pompeyo a finales de 2022 fueron la ministra de Defensa, Margarita Robles, las embajadas de Estados Unidos y Ucrania (donde resultó herido leve uno de sus trabajadores), la base aérea militar de Torrejón de Ardoz y una empresa de transportes de Zaragoza. Por lo sucedido, la Fiscalía pide para él 22 años de prisión y seis de libertad vigilada.

Un hombre "muy maniático"

Durante la sesión de hoy, uno de los agentes de policía encargados del seguimiento y vigilancia de Pompeyo ha explicado cómo el jubilado, al que describe como "muy maniático", podría haber cambiado sus hábitos una vez que supuestamente detectó que estaba bajo vigilancia.

"Empezó a hacer cosas muy extrañas, no descarto que dos días antes de su detención se diese cuenta e incluso limpiase el piso", ha explicado el responsable del dispositivo de vigilancia en la Audiencia Nacional, el mismo que revisó su basura durante "cinco o seis días". "Cuando le detuvimos estaba muy tranquilo, nos dijo que nos habíamos equivocado, que a él le gustaba mucho el bricolaje".

De hecho, los agentes que han declarado hoy ante el juez han explicado que creen que Pompeyo, una vez que supuestamente detectó que estaba bajo vigilancia, pudo haberse deshecho "fácilmente" de parte de la tornillería y las cerillas que utilizó en la fabricación de los artefactos explosivos.

"Pudo metérselos en un bolsillo y tirarlos durante uno de sus paseos o arrojarlos por el inodoro", ha apuntado uno de ellos, aunque dentro de sus bolsas de basura también encontraron restos de clavos.

No forma parte de ninguna banda

En el auto, el magistrado instructor encargado del caso, José Luis Calama, atribuyó el delito de terrorismo a Pompeyo González porque, si bien no hay indicios de que pertenezca ni colabore con ninguna banda o grupo terrorista organizado, las acciones que se le imputan, el contexto en el que se producen, la viabilidad de que los artefactos estallaran (como ocurrió en el caso de la Embajada de Ucrania, donde hubo un herido) y los destinatarios de sus acciones, “evidencian que en el ánimo de [Pompeyo] está presente el objetivo de alterar la paz pública".

Quería "transmitir el mensaje", señaló en su momento el juez instructor, de que eran "acciones efectuadas por personas vinculadas a Rusia como represión hacia los intereses de España y Estados Unidos como consecuencia de su apoyo a Ucrania ante la ocupación rusa". Por lo tanto, su intención sería la de "obligar a los poderes públicos de nuestro país a abstenerse del apoyo mostrado a favor de Ucrania frente a la agresión rusa”.

Durante el registro de su casa, se hallaron varillas cilíndricas que pueden corresponder con el mismo tipo de cilindros del interior del pistón incendiario de los artefactos explosivos caseros enviados; tornillos junto con muelles similares al “percutor” que se utilizó en los artefactos incendiarios, y taladros con brocas de precisión similares a las empleadas para su elaboración.