Ramos, en el ojo del huracán

Jordi Gil

Jordi Gil

Sergio Ramos es uno de los futbolistas de la Roja que mayor controversia está generando en esta concentración de la selección española. Su fuerte peso mediático como capitán de España y del Real Madrid le sirve de escudo, pero la realidad indica que tanto su rendimiento como alguna de sus actuaciones fuera del campo han agitado el debate en el seno de la concentración de la Roja.

A nivel futbolístico, Ramos vuelve a tener problemas para interpretar el juego de posición de un equipo con marcada vocación ofensiva. Con la necesidad de jugar con más riesgos que en el Real Madrid, sus dudas e indecisiones en la interpretación del juego están costando caras. Frente a Marruecos se vio su peor versión y la selección lo acusó gravemente.

Sin automatismos

La España de los 'jugones' se fundamenta en un juego de posición básico y los centrales deben estar muy conentrados para dar continuidad al juego, así como estar bien colocados en caso de pérdida. Piqué tiene bien interiorizados estos mecanismos, pero a Ramos le cuesta más. Ante Marruecos se le vio indeciso, no interpretó bien el pase de Iniesta en el primer gol, y sus ansias por marcar el fuero de juego facilitaron que los norteafricanos tuvieron una ocasión idéntica tras un saque de banda que De Gea pudo desbaratar.

A estas faltas de coordinación, añadió un fallo poco corriente como es perder un salto con un rival, como ocurrió con En Nesyri en el segundo tanto de Marruecos.

Deportivamente, Ramos no está  el nivel y le honra que él mismo lo reconoció tras el partido ante Marruecos. "Los de atrás tenemos que ser más contundentes", reconoció. El problema añadido es que tampoco vive una situación cómoda fuera del campo.

Cese de Claramunt y Lopetegui

Desde la marcha de jugadores como Xavi, Villa, Torres o Xabi Alonso en 2014, Ramos se había acostumbrado a tener mucha jerarquía. Su opinión condicionaba muchas decisiones en la Federación. El cese de Maria José Claramunt, la anterior directora de la selección, salpicada por el presunto caso de corrupción en la FEF, fue un golpe parea Ramos, que era muy afín a Claramunt.

La victoria de Luis Rubiales en las elecciones a la presidencia de la Federación y su cambio en la gestión tampoco ha sido del gusto de Ramos. Rubiales decidió destituir a Lopetegui contra la voluntad del capitán y Ramos está viendo en esta concentración que ya no podrá mandar como hacía antes. Ahora existe una 'tregua'  por la importancia de los partidos del Mundial, pero de cara a septiembre se percibe que la autorida de Ramos quedará muy limitada a cuestiones meramente deportivas.