Paulino Granero, el 'infiltrado' almeriense en la selección rusa

Paulino Granero, en un entrenamiento de la selección rusa

Paulino Granero, en un entrenamiento de la selección rusa / eurosport

David Rubio

David Rubio

<strong>La 'Sbornaya' rusa debutó con muy buen pie en su Mundial este jueves al derrotar por 5-0 a Arabia Saudí</strong> pese a que ofrecieron más goles que fútbol y a que los dos últimos tantos llegaron en el descuento.

Ese gran final de partido ruso da aún más valor al trabajo en la sombra de Paulino Granero, un almeriense de 48 años que llegó hace ocho años al cuerpo técnico del CSKA Moscú y cumplirá pronto su cuarto año en la selección.

En septiembre de 2009, el ciudadrealense Juande Ramos y llegó acompañado de su inseparable Marcos Álvarez. Sin embargo, un mal comienzo de temporada hizo que el presidente Evgeni Giner lo destituyese un mes y medio después (era sexto a 10 puntos del líder).

Giner consultó entonces a Marcos Álvarez sobre un posible preparador físico y éste le dio el nombre de Paulino Granero, quien por entonces dirigía el apartado físico en el Al-Ittihad de Arabia Saudí tras su paso por el Real Betis de Antonio Tapia.

Dicho y hecho. Con un equipo con un presupuesto muy limitado que nada tiene que ver con los adinerados Zenit y Spartak, su bagaje es formidable: tres Ligas y cuatro segundos puestos, dos Copas de Rusia y una final perdida, dos Supercopas más dos veces finalista y la participación en todas las ediciones de la Champions desde su llegada.

Tras la victoria frente a Arabia, Paulino Granero explicó a SPORT sus sensaciones. "Pues sí, la verdad es que estamos todos muy contentos. El resultado lo dice todo, un 5-0, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. Todavía quedan dos partidos y hay que sumar más puntos para clasificarse", manifestó el andaluz.

"El equipo ha terminado arriba, aunque también hemos tenido una lesión muscular nada más empezar que no tiene buena pinta (la de Alan Dzagoev, quien estará al menos unos 10 días de baja y podría no jugar más en el Mundial). Si conseguimos pasar a octavos, vamos a jugar más sueltos y tenemos equipo para aspirar a más cosas", considera Paulino.

A nivel personal, el exbético no olvidará nunca este día. "Vivir la inauguración de un Mundial desde dentro es un sueño. Se me ha erizado el vello cuando he salido al estadio. Lo que te he dicho, es un sueño desde niño, es lo más importante que hay en el fútbol y me he acordado mucho de mis padres", explica orgulloso.

"Para Rusia, lo más difícil en este Mundial es la autopresión a nivel de todo. Este país lleva muchos años preparándose para hacer el mejor Mundial de la historia y todo es presión. Los medios, los aficionados, las instituciones... todos están intentando que Rusia llegue lo más lejos posible", destaca con devoción al país en el que pronto cumplirá una década junto a su familia.

"¿Que si es posible sentirse ya un poco ruso? Fíjate, yo lo noto más en mis hijos que en mí, porque ellos hablan ruso perfectamente, todos sus amigos son rusos y están totalmente integrados. Llevan siete años viviendo aquí y la verdad es que no hemos tenido nunca ningún problema sino todo lo contrario", indica sobre su adaptación a Rusia.

En cuanto a su trayectoria, Paulino admite que salir fuera la ha dado satisfacciones. "Yo soy de un pueblo muy pequeño de Almería. Nací en Almería, pero me he criado en Santa María del Águila y empecé en el fútbol en El Ejido. Gracias a ese club fui creciendo, de Tercera a Segunda B y a Segunda A. Después ese entrenador (Antonio Tapia) me llevo a Primera y desde ahí di el salto precisamente a Arabia Saudí. En mi caso, para poder crecer tuve que salir al extranjero. Desde ese punto de vista, pues sí, es un poco una pena", reconoce un feliz Paulino Granero.