Márquez: "Ahora mismo no tengo el cuerpo para un Gran Premio"

Marc ha reaparecido hoy en Misano, tras 112 días sin subirse a su Honda de carreras, y ha acabado con una amplia sonrisa

Tiene intención de volver a probarse en la segunda jornada de test: "Toca mucho hielo y fisio y a ver cómo me levanto mañana para seguir probando….si puedo”

Marc Márquez, durante el test en Misano este martes

Marc Márquez, durante el test en Misano / Repsol Honda

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Esa sonrisa le traiciona y eso que es la típica sonrisa de Marc Márquez Alentá, el piloto de 29 años, ocho veces campeón del mundo, rey de MotoGP hasta que se rompió el húmero derecho en Jerez, hace dos años, que hoy ha regresado, ha reaparecido en Misano, tras 112 días sin subirse a su Honda de carreras. Su experiencia ha sido estupenda (él ha dicho “muy positiva”), tanto para él como para Honda, pues no tenía intención de ponerse al servicio de su fábrica (de momento), pero se ha sentido tan bien y ha hecho tan buen tiempo en el sexto giro, que ya ha empezado a probar cosas para el futuro.

“Muy contentos, mucho. Sonrisa amplia, la misma que ha aparecido en mi cara cuando me he bajado de la moto tras mis primeras seis vueltas con la moto de carreras, que no tiene nada que ver con ninguna otra moto”, ha comentado Márquez, en pleno ‘paddock’ del trazado Marco Simoncelli, de Misano. “La adrenalina ha vuelto a surgir, me he vuelto a ilusionar y, lógicamente, en esas primeras vueltas disfrutas poco, porque estas motos corren mucho, pero me he sentido vivo”.

La sensación, ha contado un expresivo MM93, ha sido como la primera bajada de la temporada de esquí, vas tieso, rígido y, luego, ya te vas soltando, que es lo que ha ocurrido hoy. “Evidentemente, feliz, porque, en principio, el plan era que solo rodase para probarme yo y, de pronto, enseguida, he hecho un buen crono (1.32 minutos) y hemos decidido empezar a probar cosas que me ha sugerido Honda, con tan buen tacto que he coincidido con los comentarios que ha hecho Stefan (Bradl, piloto probador) al probar las mismas piezas”.

Eso sí, Márquez ha terminado cansado, muy cansado. Tanto que, cuando ha terminado las primeras 40 vueltas y se ha ido a comer, pensaba que volvería a subirse a la moto por la tarde, pero cuando ha terminado de comer “he visto que no podía, de ninguna manera, volver a salir a la pista”. Es decir que, como confesó con una amplia sonrisa, “esta tarde toca mucho hielo y fisio, mucho fisio y mucho hielo y ver cómo me levanto mañana para seguir probando….si puedo”.

Márquez, que tiene aquí, en Misano, a su fisioterapeuta personal, Carlos J. García y a su asistente personal José Luis Martínez, reconoce que “el brazo se ha comportado de forma natural, lo que ya es muy positivo. Posición natural, cuando no tengo que emplear mucha fuerza. Cuando he de emplear la fuerza a tope, en las frenadas o grandes aceleraciones para agarrarme al manillar, aún me falta musculatura y fuerza. Debo estabilizar todo el hombro, el brazo, el codo. Curvas de izquierdas, posición mucho más natural; curvas de derechas, en algunas me faltaba fuerza, sobre todo en las curvas enlazadas, pero siempre, siempre, seguro sobre la moto”.

Y la explicación de la situación es bastante sencilla de entender: el brazo ha rotado a su posición natural y, ahora, se deben reforzar los estabilizadores del codo y del hombro, lo que requiere tiempo, gimnasio, fisio y moto. “Una cosa es un test, que son seis vueltas y parar, seis vueltas y parar, y otra muy distinta es una carrera entera de 27 vueltas. Ahora no tengo el cuerpo para acabar un gran premio. No, no la hubiese podido acabar, se me hubiese irritado la capsula del hombro, seguro, tras cuatro operaciones me conozco muy bien mi cuerpo. Carrera, rápido, constante, los rivales van muy rápidos, si sales a correr no puedes hacerlo con la intención de guardarte un segundo por vuelta, sino que la tienes que hacer a tope o, al menos, en unos tiempos competitivos”.

Cada vuelta era un “¡aguanta, aguanta!”, comenta Márquez entre carcajadas, pues el cuerpo iba cediendo y desgastándose. “La confianza sobre la moto, tras más de 100 días sin subirte a ella, no es la misma” y, sobre todo, lo que no quería el ocho veces campeón del mundo era tener un despiste, a 300 ms/h., y sufrir una caída. Eso estaba hoy prohibido.

Insisto, el resumen de la reaparición tras 112 días sin moto no podía ser mejor. “Todo ha sido positivo: una, ha sido una primera toma de contacto muy buena; dos, no se me ha olvidado ir en moto; tres, el brazo ya se ha girado a su posición natural, se han corregido los 34 grados de giro y, cuatro, solo me falta fuerza y eso es, perfectamente, reparable”.

Ya lo dijo el sábado en su charla con la prensa: una cosa es el dolor y otra, muy distinta, las molestias. “Noto que todo empieza a ponerse en su sitio. Eso sí, la musculatura y el sistema nervioso trabajan diferentes, notas que estira por sitios que no debería de estirar, notas que, cuando aceleras, el antebrazo no acaba de trabajar como toca, pero lo hará, notas molestias en el codo, en el hombro, pero eso ya me ocurría en el gimnasio cuando empecé a tope y, luego, desaparecieron”.