Los secretos de la super temporada de Márquez

Márquez celebra su éxito con la afición

Márquez celebra su éxito con la afición / Motogp

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Marc Márquez sentenció su octavo título en Tailandia, en otra carrera no apta para cardiacos, en la que libró una espectacular batalla con Fabio Quartararo. La carrera del de Cervera fue para enmarcar, poniendo de manifiesto todos los puntos fuertes que ha evidenciado esta temporada, gestionando la carrera con inteligencia, estudiando a su rival al milímetro y lanzando un ataque final gracias a su ambición y carácter, pero también a una moto que ha mejorado mucho en cuanto a potencia y velocidad punta.

El piloto catalán ha sido el mejor. En todos los terrenos. Sin discusión. La evolución del motor de su Honda, ahora mucho más potente y veloz, ha sido el factor clave determinante para el espectacular cambio que ha ejercido y que le ha permitido afrontar las carreras con una estrategia diferente, con mayor control que en años precedentes.

Excepto en Austin, donde se cayó cuando lideraba con holgura el gran premio, siempre que ha acabado la carrera este año ha hecho primero o segundo. La diferencia con sus rivales ha sido abismal y los números hablan por sí solos.

Marc Márquez, que a sus 26 años ha sumado su octavo título mundial, seis en la categoría reina y los cuatro últimos de una tacada, ha sentenciado un campeonato para enmarcar. Sus estadísticas van más allá de los catorce podios en quince carreras, puesto que ha sumado diez vueltas rápidas y nueve poles. Además, de las 366 vueltas que se han disputado ha liderado la friolera de ¡218!

¿Dónde está el secreto? Su determinación y carácter sobre la pista ha vuelto a ponerse en evidencia. Solo le vale la victoria. Quiere ganar y se prepara todo el fin de semana para ello, buscando sus límites y los de la moto. Al talento natural que atesora, le acompaña una disciplina brutal y una gran ambición que le convierte en insaciable, como demostró en la última vuelta de Buriram.

Empezó la temporada con la lección aprendida y Honda había trabajado para corresponder a la lista que les había dado para tener una moto más competitiva. El objetivo era no tener que ir siempre al límite, caerse menos.

Honda cumplió y el plus que le dio a Marc Márquez con la moto de este año le ha permitido marcar las diferencias, dándole ese plus que le ha permitido gestionar las carreras de otra forma. Su velocidad punta ahora es similar a la de las Ducati y ello le hace afrontar los grandes premios con otro enfoque, más al ataque, marcando él el ritmo de carrera en lugar de ir a la estela de sus rivales y tratando de abrir diferencias para tener una carrera más tranquila, huyendo de las frenéticas luchas.

La Honda se muestra competitiva en todo tipo de circuitos y le permite a Márquez mantener el ritmo vuelta a vuelta y aumentar su regularidad. La sensación que da es que cada vez tiene menos puntos débiles y más de fuertes.

Como en la frenada. Es capaz de frenar muy tarde. La Honda es capaz de deslizar con la goma trasera y mantener la trayectoria, apretando el neumático delantero para mantener la presión. Ese es uno de los puntos que más critican el resto de pilotos de Honda, que no se adaptan porque es fácil perder la rueda delantera y caerse.