Los F1 rugirán en el corazón de Barcelona

El 19 de junio, en vísperas del GP de España en el Circuit de Barcelona-Catalunya, los monoplazas recorrerán el centro de la ciudad, en el marco del Passeig de Gràcia

Durante una semana, del 15 al 22 de junio, se instalará un Fan Village en Plaça Catalunya por el que desfilarán también los pilotos de la parrilla

El video que 'enciende' Barcelona: Así será el show de la F1 por las calles de la ciudad

F1

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Barcelona quiere convertir la próxima edición del GP de España de Fórmula 1 en un acontecimiento mayúsculo y con plena participación ciudadana, siguiendo la tendencia marcada por los actuales propietarios del campeonato, la compañía estadounidense Liberty. En esta dirección va el Formula 1 Barcelona Fan Festival que se ha presentado este martes y que incluye un nutrido  programa de actos previos al inicio de la competición en el Circuit de Catalunya, del 21 al 23 de junio.

La apuesta de Barcelona para convencer a Liberty de la extensión del acuerdo por la F1 más allá de 2026 es firme. No solo a través de las importantes obras de remodelación y modernización que desde hace unos meses se están llevando a cabo en las instalaciones de Montmeló, con una inversión proyectada de 50 millones de euros, si no también demostrando que la ciudad está preparada para implicarse de lleno en el gran premio.

Si en tiempos de Ada Colau, l’Ajuntament siempre había dado la espalda a la F1, la llegada de Jaume Collboni al consistorio ha abierto una nueva etapa de colaboración con la Generalitat y el resto de instituciones que impulsan el GP de España en el Circuit, poniendo a disposición el mejor escenario posible para una exhibición de monoplazas o ‘road show’ que se desarrollará el 19 de junio en el incomparable marco del Passeig de Gràcia.

A pesar de que nunca llueve a gusto de todos y algunas entidades minoritarias como Eixample Respira han intentado frenar la celebración de esta exhibición, en la que se espera a Fernando Alonso y Carlos Sainz, entre otros protagonistas de la parrilla, lo cierto es que desde el consistorio están convencidos de que la ciudad necesita de grandes acontecimientos deportivos, como la Fórmula 1 o la Copa América.

Los coches rodarán por el Passeig de Gràcia, desde su confluencia con la calle Aragón hasta Plaça Catalunya, donde se instalará el F1 Fan Village, que hasta ahora se ubicaba en la zona del Port Vell. Las escuderías tendrán los boxes en la ronda universitat y desde allí, el desfile de monoplazas recorrerá la ruta emblemática del modernismo, con una tribuna VIP instalada frente a la célebre Casa Batlló y la Casa Amatller.

La presentación, en la casa Amatller de Barcelona

La presentación, en la casa Amatller de Barcelona / Circuit de Barcelona-Catalunya

Según el conseller d'Empresa y presidente del Circuit, Roger Torrent este acontecimiento, "sin precedentes en la ciudad", debe servir para "acercar la F1 a toda la ciudadanía, de manera gratuíta y que los aficionados puedan respirar la atmósfera del gran premio incluso si no pueden desplazarse al Circuit".

Torrent ha explicado que durante ocho días "en el Fan Village habrá diversidad de oferta gastronómica y cultural, así como simuladores de F1 y actuaciones musicales, además de contar con la presencia de varios pilotos que podrán interactuar con el público en el Forum Fans".

El pulso con Madrid

Madrid ya vivió años atrás una demostración de Fernando Alonso con Renault en plena Castellana, otra de Carlos Sainz con Citroën frente a la Puerta de Alcalá, y más recientemente una de Checo Pérez con Red Bull en Cibeles, en todos los casos con éxito total de asistencia y repercusión.

Pero no se trata de competir con la propuesta de una carrera urbana en Madrid, que recuperará su plaza en el calendario en 2026 y se quedará con la denominación GP de España. El Circuit aspira a convertirse en el mejor trazado permanente de Europa gracias a las obras de reestructuración, que lucirán en todo su esplendor ya durante la próxima edición, a finales de junio. La ‘performance’ en el Passeig de Gràcia, ante las obras más emblemáticas del modernismo catalán, es la guinda del pastel en busca de la renovación, que Barcelona confía en sellar por un periodo mínimo de cinco años, hasta 2031.