Lucien Favre: ''Haaland aún no es una estrella mundial''

Lo de Haaland ya no tiene nombre ni adjetivos que lo definan: Su doblete ante el Brujas

Lo de Haaland ya no tiene nombre ni adjetivos que lo definan: Su doblete ante el Brujas / MEDIAPRO

Carlos López

Lucien Favre, entrenador del Borussia Dortmund, tras perder ante el Colonia en casa. Entre semana, el delantero noruego cuestionó el reparto de minutos del técnico suizo y, a pesar de que esta vez sí le dejó los 90 minutos, la actuación de la joven promesa fue bastante discreta.

En el descuento, y con el 1-2 en contra, Haaland dispuso de una ocasión clarísima para poner el empate en el marcador y salvar un valioso punto para su equipo. El joven Moukoko le puso un balón a Marco Reus, y este se la dejó de primeras a Haaland en el área pequeña. Sin embargo, inexplicablemente, el balón se marchó fuera y el árbitro terminó pitando el final del encuentro. Lucien Favre no se lo podía creer.

El técnico, que pasó por los micrófonos de 'ZDF', se mostró enfadado al término del encuentro. Favre no culpaba al delantero noruego ni de la derrota ni de la ocasión fallada, pero sí quiso bajar a Haaland de la 'nube'. ''No se movió lo suficiente, no hizo suficientes carreras en profundidad'', afirmó el entrenador del Borussia. El periodista siguió preguntándole si aún no era una estrella mundial, a lo que Favre respondía ''exactamente''. El joven delantero, que apenas tocó el balón más de 20 ocasiones en todo el encuentro, gozó de tres oportunidades, aunque sin acierto.

Entre semana, Haaland le lanzó un 'dardo' a su técnico por su gestión de minutos. ''Ha normalizado el cambiarme. No sé por qué. Quizás quiere que marque más. Meter con más frecuencia, lo antes posible, antes de que me quite'', afirmaba el delantero tras la victoria ante el Brujas en Champions League.

Lucien Favre, que alegó que no podía jugar siempre los 90 minutos y que había que cuidarle, respondió a sus peticiones y lo dejó sobre el césped los 90 minutos en el partido el Colonia. El noruego no respondió y el helvético, conocedor de su gran potencial, le quiso exigir más públicamente.