El vuelo itinerante de Pato

La historia del fútbol está plagada de jugadores que apuntaban a estrellas, pero se quedaron en el camino. Talentos precoces, anclados en la categoría de eternas  promesas. A veces, hasta relegados a la condición de fallidas. En la última década ha habido pocos casos tan representativos de este fenómeno como el de Alexandre Pato. 

Como tantos otros compatriotas, el brasileño destacó a una edad temprana por sus cualidades técnicas. Y eso que casi se vio obligado a abandonar el deporte, cuando a los once años le detectaron un tumor en el brazo izquierdo. Pero se lo extirparon y siguió.

Forjado en las categorías inferiores del Internacional de Porto Alegre, el delantero debutó como profesional a los 17 años. Fue un estreno arrollador, con un gol y dos asistencias ante Palmeiras. Ese mismo año, 2006, Pato se daría a conocer a nivel internacional en un torneo de triste recuerdo para el aficionado culé.

El atacante marcó en la semifinal que permitió al Internacional medirse en el partido definitivo del Mundial de Clubes al Barça de los Ronaldinho, Deco y compañía. Los brasileños se llevarían el gato al agua, con Pato de titular. El joven había despertado el interés de Europa, pero aún podría ganar la Recopa Sudamericana el curso siguiente.

Salto al Milan

En agosto de 2007 y con solo 17 años, Pato fichó por el Milan a cambio de 22 millones de euros, la cifra más alta pagada hasta entonces por un menor de edad. En la puja quedaron relegados otros grandes clubes como el Real Madrid, según reconocería el jugador años después.

Las expectativas eran muy altas, tanto que Pato heredó el ‘7’ de Shevchenko. Ahí es nada. Su arranque, esperanzador, se vio frenado por una epidemia de lesiones que menguaron su confianza y precipitaron su salida en 2013.

Un adiós que llegó tras seis temporadas -150 partidos y 63 goles- en las que conquistó la Serie A y la Supercopa Italia. Unos años en los que dejó destellos del jugador que pudo haber sido, como cuando un 21 de octubre de 2009 silenció al Santiago Bernabéu con un doblete estelar.

Rumbo errático

Maltrecho, Pato regresó a Brasil en enero de 2013. Jugó en Corinthians y Sao Paulo. Recuperó sensaciones y se atrevió a cruzar por segunda vez el Atlántico. El éxito sería nulo. Pasó un curso en el Chelsea -un gol en dos partidos- y otro en el Villarreal -seis dianas en 24 apariciones- antes de migrar al Tianjin Tianhai chino por un contrato millonario.

Tras dos años en el Lejano Oriente, Pato ha optado por volver a casa, descartando ofertas desorbitadas en China y Turquía. A sus 29 años, el delantero jugará en el Sao Paulo hasta 2022.