Dinamarca obra el milagro y se medirá a Gales en octavos

Los de Hjulmand derrotaron a Rusia (1-4) y se clasificaron como segundos de grupo

El barcelonista Martin Braithwaite, titular una vez más, fue sustituido en el minuto 85

Damsgaard marcó desde fuera del área el primer gol de Dinamarca ante Rusia

Damsgaard marcó desde fuera del área el primer gol de Dinamarca ante Rusia / AFP

X. Serrano

Nadie lo ha tenido más difícil, pocos lo merecían más que Dinamarca. El cuadro escandinavo, marcado por el colapso de Eriksen, llegaba a la última jornada de vacío. Aunque mereció mucho más ante Bélgica y Finlandia. Pero en la fecha definitiva, al fin, el equipo de Hjulmand arrasó a una Rusia sin capacidad de reacción. La goleada por 1-4, unida a la victoria belga sobre Finlandia, clasifica a los de Martin Braithwaite como segundos de grupo. En octavos se medirán a la Gales de Gareth Bale.

Rusia - Dinamarca

Eurocopa

1
4
Alineaciones
Rusia
Safonov; Mario Fernandes, Diveev, Dzhikiya, Kudryashov (Karavaev, 68'), Kuzyaev (Mukhin, 68'); Ozdoev (Sobolev, 62'), Zobnin; Miranchuk (Zhemaletdinov, 62'), Golovin; Dzyuba.
Dinamarca
Schmeichel; Christensen, Kjaer, Vestergaard; Wass (Stryger Larsen, 60'), Hojbjerg, Delaney (Jensen, 85'), Maehle; Braithwaite (Cornelius, 85'), Poulsen (Dolberg, 60') y Damsgaard (Norgaard, 72').

Con el fervor del Parken como combustible, Dinamarca salió a mil revoluciones. Más intensa, con un Braithwaite entregado en cada esfuerzo, la selección escandinava zarandeó a su oponente sin materializar ninguna ocasión. La primera llegada fue para Rusia. Golovin rebañó el balón en el círculo central, puso la directa y se plantó ante Schmeichel. Salvó abajo el guardameta del Leicester.

El susto desestabilizó a Dinamarca. Entró en escena el miedo a encajar, atajo a la eliminación. Mantuvo el dominio del balón, pero sin riesgo alguno. Y Rusia, bien plantada atrás, jugaba con los nervios del rival. Rebañando segundos de forma obscena en cada interrupción. El Parken se desesperaba, mientras el duelo entraba en terreno pantanoso para los escandinavos. Porque en cada transición, los de Cherchesov emitían señales de peligro.

Pero no fueron ni Golovin ni Miranchuk, sino el danés Hojbjerg quien casi abrió el marcador. El cañonazo del jugador del Tottenham desde la frontal, al que jamás hubiera llegado Safonov, rozó el poste y enardeció de nuevo al estadio. Dinamarca dio un paso al frente y pronto encontró recompensa de la forma más bella posible. Quizás pecó de inacción la defensa rusa, que dejó a Damsgaard recibir en la frontal y orientase antes de ejecutar. Pero el disparo del joven talento de la Sampdoria, una comba potente a la escuadra, fue incontestable.

Dinamarca se situaba tercera, pero el resultado era insuficiente. Mientras se mantuviera el 0-0 entre Bélgica y Finlandia, hacían falta más goles. Y los de Hjulmand los encontraron pronto. Ayudó Kuzyaev, que con un servicio suicida plantó a Poulsen ante el arco, con Safonov vencido. Aún tercera, valía para superar a Ucrania pero no a Suiza. Más madera. Maehle, martillo pilón en el carril zurdo, probó a Safonov y Dolberg desaprovechó un regalo de Braithwaite en boca de gol.

La pólvora que faltaba en Copenhague llegaba desde San Petersburgo. El Parken estallaba con el gol de Lukaku a Finlandia, que ascendía al segundo escalón a Dinamarca. Pero a muchos se les congeló la sonrisa. Mientras el tanto belga era revisado y anulado, Turpin sancionaba un penalti muy dudoso de Christensen sobre Sobolev. Dzyuba no perdonó, pero el jarro de agua fría sería insuficiente para frenar a una Dinamarca ya desbocada.

Bélgica volvió a adelantarse en tierras rusas, esta vez de forma legal, y el combinado escandinavo ejecutó la estocada final. Christensen marcó el 1-3 con un obús lejano y Maehle, tras la enésima carrera, cerró la goleada. La catarsis en el Parken era completa. Dinamarca se medirá en octavos de final a la Gales de Gareth Bale en Ámsterdam.