Preocupa la renovación de Iván de la Peña

El futuro del cántabro es una incógnita y se está alargando mucho más de lo que todo el mundo imaginaba

La renovación de Iván de la Peña sigue rodeada de un halo de misterio preocupante. Desde el club se asegura por activa y por pasiva que continúan a la espera de una respuesta a su oferta inicial. Desde el entorno del jugador, la postura es más hermética. Públicamente se guarda silencio pero en privado se reitera que la propuesta españolista es insuficiente. Lo más anecdótico y preocupante al mismo tiempo es que ambas partes acaben reconociendo que durante los dos últimos meses no se ha mantenido un contacto directo para retomar las conversaciones e intentar reconducir las posibles diferencias. Curiosa manera la de afrontar una renovación cuando todas las partes claman su voluntad por llegar a un acuerdo.

Al área técnica blanquiazul parece que se le ha agotado la paciencia. Los días, las semanas e, incluso, los meses empiezan a pesar y los cánticos de sirena insinuando el interés de otros clubs, algunos tan interesantes como el Valencia, no contribuyen a serenar los ánimos. Ha llegado la hora de mover ficha, aunque estratégicamente quizás no sea lo más idóneo si tenemos en cuenta que la oferta de renovación planteada hace dos meses continúa sobre la mesa y que el representante, Manel Ferrer, aún no ha contestado formalmente, ni para bien ni para mal.

La realidad es otra muy diferente. A Paco Herrera le han llegado diversas informaciones -vía off the record- en las que se pone de manifiesto que las condiciones ofrecidas inicialmente son insuficientes. Estas filtraciones insistirían en la necesidad de ampliar la propuesta del club como mínimo a una tercera temporada.

Herrera no está por la labor de fomentar este tipo de rumores y ha decidido tomar cartas en el asunto antes de que el equipo encare una recta final de la temporada apasionante en Europa y en la que todavía no está todo escrito en la Liga. Tras el intento fallido del almuerzo entre el consejero Sebastián Javier y el propio De la Peña -se apuntó un acuerdo inmediato y todo sigue igual-, el responsable de la parcela deportiva forzará un nuevo contacto directo y sin intermediarios con Manel Ferrer. Se intenta acabar con la incertidumbre y evitar que el culebrón adquiera dimensiones dramáticas.

Habrá otro gesto desde el Espanyol, pero también se advierte que la capacidad de maniobra para mejorar la oferta económica es mínima y que no se tolerará que las posibles divergencias se complementen con aportaciones procedentes de consejeros como Sebastián Javier. Una fórmula que Paco Herrera rechaza de plano ya que sentaría un modelo preocupante de cara al futuro. Nada de métodos imaginativos ni más mensajes a través de los medios. Habrá cara un cara que debe servir para despejar dudas y comprobar si realmente la renovación de Iván de la Peña es factible o no.