A este Espanyol lo han cambiado

El Espanyol rasca un valioso punto de Getafe

El Espanyol rasca un valioso punto de Getafe / LALIGA

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Ocho de marzo, Pamplona. Un Espanyol hundido cae por la mínima ante Osasuna en un duelo en el que los rojillos pasaron por encima de los de Abelardo sin demasiados problemas. Caras largas en los blanquiazules a la salida de El Sadar y un único pensamiento en la afición perica: esta vez no nos salvamos.

Más de tres meses después de ese encuentro y con una pandemia mundial de por medio que obligó a parar la competición, el Espanyol parece otro. Suma dos encuentros desde el reincio de la Liga y ha logrado cuatro puntos de seis posibles, el último tras jugar con un futbolista menos durante 78 minutos. 

Garra, intensidad, no dar un balón por perdido, colocación, seguridad defensiva... El panorama ha cambiado de manera radical con los mismos jugadores que parecían haber condenado al equipo al infierno del descenso. Bueno, con los mismos no: falta un RDT con molestias. El haber competido como se ha hecho sin su goleador es la mejor noticia para el Espanyol.

Fondo físico

Ha trabajado el aspecto físico a consciencia el Espanyol las semanas previas a la vuelta de la competición y ello se nota. Abelardo sabe que los jugadores han de estar enchufados y les apretó las tuercas para que regresaran de la mejor manera posible, y ello es algo que ya hemos podido ver con claridad.

Los blanquiazules salieron a morder desde el primer minuto ante el Getafe, mantuvieron a raya a su rival a pesar de estar con uno menos y la diferencia numérica apenas se notó sobre el verde. Otro dato llamativo es que, a pesar de contar con cinco cambios y tres ventanas para hacerlos, la primera sustitución perica en el Coliseum Alfonso Pérez no llegó hasta el minuto 78.

Nombres propios

Si tras el duelo ante el Alavés elogíamos a un Marc Roca que volvió a estar a un muy buen nivel frente al Getafe, es de justicia hacerlo también con un Embarba que ha regresado más fresco que una rosa y que le ha sentado de maravilla al Espanyol. Del mismo modo que Calleri, que volvió a dar una lección de derroche y de lo que es pelear prácticamente hasta la extenuación.

A destacar también una de las novedades que presentó el equipo en el once, un Pipa que protagonizó una bonita lucha en el carril diestro con Cucurella y que a buen seguro que ha despertado dudas en Abelardo sobre qué jugador debe ser el lateral derecho titular contra el Levante.

Pero nada de esto hubiera sido posible sin Diego López, que a sus 38 años saltó como un gato para, en los minutos finales, evitar con una doble intervención la derrota. El Espanyol está vivo, pero tiene que seguir dando el callo.