Un único gol del Alavés anula el sueño del Terrassa

Un gol tempranero de los de Luis García Plaza condenó a los egarenses a remar el resto del partido

Jordi Cano, el efectivo más persistente del Terrassa, protagonizó algunas de las jugadas más destacadas

Jordi Cano, jugador del Terrassa: "Estamos muy felices por todo lo que hemos vivido hoy"

SERGI VELEZ

Sergi Vélez Lucerón

Es la Copa, esa competición en la que todo parece posible y en la que los sueños de jugadores y aficionados se han unido en las aspiraciones de una misma ciudad, Terrassa. Porque las ganas e ilusión han pesado más que aceptar que las posibilidades del conjunto egarense eran remotas.

Con todo, Chus Trujillo, entrenador del conjunto local, ya dejaba claro en la previa la dificultad que suponía enfrentarse en Copa del Rey a un Primera División como el Alavés, pero que se dejarían la piel. Y pese a que empezara el Alavés sometiendo al Terrassa en su propio campo, consiguieron los egarenses plasmarlo, tirar de orgullo y estirarse.

Las internadas locales llegarían por la banda de Jordi Palacios en combinación con Gil y Pol Sánchez, pero precisamente el que se volcaran en ataque también trajo consigo contras letales de los babazorros. Consiguió Alkain aprovechar un infortunio de Palacios que dejó al delantero vasco solo frente a Marcos Pérez para sellar el primer gol.

No por ello dejó la afición de animar y Jordi Cano con un travesaño hizo reaccionar al Olímpic. Con un juego más directo y saques de esquina, las ocasiones fueron incrementando al ritmo de “sí se puede”. Mencionaba Trujillo: “Si somos capaces de llegar vivos a los últimos minutos, entonces podemos soñar con cualquier cosa” y el Terrassa se vació para poder llevar a cabo su cometido. Jaouad se encargó de que no faltaran ánimos y Pol Sánchez de que no faltaran las ocasiones, con cañonazos desde la frontal.

Trató de agitar el encuentro el Terrassa con un triple cambio que aportara piernas frescas a un equipo que empezaba a dar señales de cansancio, con la entrada de Aythami, Dani Cervera y Pau Salvans.

Protagonizó Cano en izquierda una jugada que, pese a que se quejara de que le habían derribado por detrás, Gil Manzano consideró que la infracción era inexistente. El Alavés tiró de veteranía y consiguió en cierto modo ir llevando el partido hacia su terreno con jugadores de la talla de Guevara. Bien plantado en todo momento, el equipo de Luis García Plaza demostró en Terrassa que por mucha ilusión y empeño al final los sueños, sueños son.