El Alavés deja casi hundido al Alcorcón gracias a Ibai

Lluís Payarols

Lluís Payarols

El Alavés metió un pie y prácticamente el otro en las semifinales de la Copa del Rey cuando nadie lo esperaba. De la forma más cruel para un Alcorcón que hizo un partido muy serio y controló 89 minutos las pocas llegadas vitorianas. Pero un partido no dura 89 minutos. Y los de Julio Velázquez vieron cómo su sueño se tornaba en pesadilla desde que Ibai Gómez ingresó en el campo

Maldito cambio, debió pensar la afición alfarera. Bendita ocurrencia, pasaría por la cabeza de los seguidores babazorros que desafiaron el frío de Alcorcón y se apostaron en las gradas de Santo Domingo. Ibai solo necesitó seis minutos -los dos hasta el 90' y los cuatro que duró el añadido- para cambiar la cara a un partido que pintaba a 0-0 de manual, a dejarlo todo para decidirse en Mendizorroza. Ahora, la eliminatoria se pinta de albiazul.

El exjugador del Athletic, ese Ibai Gómez que vitoreaban los vitorianos, cazó primero un balón que dejó muerto en el área Manu García, tras un centro por la derecha. Primer mazazo para el Alcorcón. Luego llegó el segundo. Libre directo escorado a la izquierda del ataque 'babazorro' y zapatazo del bilbaíno formado en el Santutxu antes de ingresar en Lezama. En medio de ambas acciones, la roja directa que Álvarez Izquierdo mostró al local Carlos Bellvís

Es increíble cómo una noche se puede torcer en tan poco tiempo. El Alcorcón trabajo bien durante casi todo el partido, cerrando el paso a un Alavés que, eso sí, pareció despertar tras el descanso. Pero la pegada apareció al final. Y de qué manera.

Sobró la vehemente celebración del visitante Deyverson tras el 0-2, quizá producto de los nervios y de la tensión que se vivió en la recta final del partido, cada vez más trabado. Por suerte, la sangre no llegó al río y el Alavés se llevó un gran premio, quizá inesperado por lo planteado por Julio Velázquez y los suyos. 

Buen planteamiento

La mayoría de los 3.398 valientes que soportaron la helada noche de Santo Domingo, la ilusionada afición del Alcorcón, soñó con algo mejor. Con un Iván Alejo bullicioso, presionando la salida de balón de los vitorianos y capeando el dominio visitante, los alfareros lograron su objetivo de dormir el partido hasta el descanso, con muy poco que explicar.

El regreso al césped para afrontar la segunda mitad coincidió con un tímido intento de reacción del Alavés, con las mejores ocasiones firmadas por el venezolano Christian Santos, sin suerte. Los minutos pasaban y Julio Velázquez refrescaba a su equipo agotando sus tres cambios, al tiempo que los visitantes solo eran capaces de marcar en un remate de Rubén Sobrino en claro fuera de juego.

Y llegaron los últimos minutos. Y llegó el volteo a todo lo visto. En poco tiempo, mucho daño a la línea de flotación alfarera, con el perjuicio de la roja directa que se ganó a pulso un Carlos Bellvís pasado de revoluciones. Queda el partido de vuelta en Mendizorroza. Un trámite, pensarán algunos, aunque Velázquez y los suyos no se rinden. Pero el Alavés sale con su mejor cara cuando menos lo esperaba. Y todo, porque a Pellegrino se le ocurrió sacar a Ibai...