Mussara Donostia – San Sebastián, 148 kilómetros de tradición ciclista

La Mussara Donostia – San Sebastián explica cada metro de su recorrido, lleno de desafíos, parajes espectaculares y leyendas alrededor de la bicicleta

La marcha se disputará el próximo 16 de julio, con salida y llegada en el icónico Velódromo de Anoeta

Mussara Donostia – San Sebastián

Mussara Donostia – San Sebastián / Mussara Donostia – San Sebastián

Hablar de Euskadi es hablar de ciclismo. Y hablar de la Mussara Donostia – San Sebastián es hacerlo de una prueba que bebe de ese amor por la bicicleta enraizada en la sociedad vasca. Una marcha cicloturista de un único recorrido: 148 kilómetros de tradición y del más puro desafío ciclista, que se disputará el próximo 16 de julio.

La tradición se puede sentir desde el comienzo. El pistoletazo de salida se da desde el Velódromo Antonio Elorza, el clásico Velódromo de Anoeta. Un recinto que, en su medio siglo de historia ha visto pruebas de todo tipo, pero que nació con una bicicleta bajo el brazo. En su inauguración, en 1965, acogió ya los mundiales de ciclismo en pista disputados ese año.

Desde allí, se pone rumbo a Navarra, pasando antes por Hernani y Pagoaga. La frontera entre los dos territorios se cruza a los 23 kilómetros. Desde allí, la vista se fija en Goizueta, pueblo en el que comienza la subida del primer puerto puntuable de la Mussara Donostia – San Sebastián: el Alto de Basakabi.

Ya desde el arranque de la marcha, los corredores avanzan junto al cauce del Urumea. El río no les abandona en la subida a Basakabi, sino que les irá acompañando en todo momento. Un paisaje y un sonido, el del caudal del agua, increíbles, que harán algo más llevadera la escalada.

El pelotón repondrá fuerzas tras la subida en el avituallamiento, pero no tendrán mucho respiro, pues enseguida aparece el siguiente puerto puntuable: Uitzi. Una subida más corta que la de Basakabi, pero que roza los 800 metros de altitud sobre el nivel del mar. Ahora, sí, los corredores tomarán un respiro, pues comienza una larga bajada hasta Tolosa.

Mussara Donostia – San Sebastián

Mussara Donostia – San Sebastián / Mussara

DE VUELTA A DONOSTIA

Por el camino a Tolosa, el pelotón atravesará pueblos que son también leyenda del ciclismo, como la población navarra de Lekunberri. Una comunidad de apenas 1.500 habitantes que ha sido meta de La Vuelta, de la Emakumeen Nafarroako y de la Itzulia Basque Country. En Lekunberri han alzado los brazos ciclistas de la talla de Annemiek Van Vleuten y Tony Rominger, entre otros.

Llegados a Tolosa, los corredores encaran ahora la subida a Alkiza. En la cima les espera el avituallamiento más espectacular de la prueba, en la plaza de Alkiza, totalmente rodeada de vegetación y montañas.

La subida, eso sí, no será gratis. Con algo más de 100 kilómetros en las piernas, los primeros 1.500 metros de Alkiza son exigentes y pueden hacer mella en los ciclistas que no hayan regulado bien las fuerzas.

Superado el tercer puerto, bajada hasta Asteasu, ya en Guipúzcoa, y desde allí empieza la última subida de la Mussara Donostia – San Sebastián: Andazarrate. Cinco kilómetros en los que el pelotón deberá mantener un ritmo muy constante para poder vencer el escollo final de la prueba.

La bajada se mantendrá muy constante hasta llegar a la población de Aia. Un punto muy especial para la marcha, pues desde allí, y ya hasta la meta, los corredores podrán ir viendo acercarse cada vez más la línea del mar Cantábrico, hasta ahora bloqueada por las montañas.

Dirección Donosti, una última trampa espera al pelotón en Galarreta, un pequeño repecho a 800m de llegar de nuevo al punto de partida de la marcha, en el Velódromo de Anoeta.

Un recorrido único, especial y cargado de historia del ciclismo en cada uno de sus metros. Una aventura inolvidable compactada en los 148 kilómetros que componen la Mussara Donostia – San Sebastián.