Berlusconi, una vida dedicada al ‘calcio’

El presidente del Monza será recordado por su papel al frente del Milan durante más de tres décadas 

El magnate del audiovisual usó los éxitos en San Siro como trampolín en su carrera política

Silvio Berlusconi posa con la Liga de Campeones junto a Carlo Ancelotti y Adriano Galliani

Silvio Berlusconi posa con la Liga de Campeones junto a Carlo Ancelotti y Adriano Galliani / Archivo

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Silvio Berlusconi, fallecido este lunes a los 86 años a causa de la leucemia que padecía desde hace tiempo, fue un hombre de negocios y de política. Pero también de fútbol. La impronta que deja en el deporte rey, rubricada con un Milan histórico que gobernó durante 31 años no tiene parangón con muchas otras obras de arquitectura futbolística. 

Berlusconi llegó al Milan en 1986. Dos descensos administrativos, en 1981 y 1983, y un presidente, Giovanni Nardi, fugado, generaron un caldo de cultivo adecuado para que asumiera el mando. Tenía 50 años, estaba asentado en el mercado audiovisual y ansiaba más oportunidades de negocio. Siempre quiso ser protagonista.

El día de la presentación de su nuevo equipo aterrizó en helicóptero al son de la ‘Cabalgata de las Valquirias’ de Wagner. La idea estaba clara: quería títulos de inmediato y para ello invirtió más de 700 millones de euros.

Arrigo Sacchi, Fabbio Capello y Carlo Ancelotti dirigieron al equipo en las tres etapas más exitosas de su presidencia, mientras sobre el césped de San Siro desfilaron estrellas mundiales como Van Basten, Gullit, Weah, Rijkaard, Dida, Kaka, Pirlo, Cafú, Ronaldinho, Gattuso, Seedorf e Ibrahimovic, entre otros.

Auge y caída

El éxito tardó tres años en florecer. En 1989 se consagró como un ogro en Italia ganando el ‘Scudetto’ y la Supercopa de Italia; y en Europa, levantando la primera orejona de su palmarés. Un año más tarde llegó la segunda Copa de Europa, asentándose como un grande en el continente. Las vitrinas comenzaron a llenarse de trofeos: cinco Ligas de Campeones, cinco Supercopas de Europa, ocho ‘Scudetti’, un Mundialito, seis Supercopas de Italia y una Copa, entre otros.

Tras tres etapas exitosas, llegó el fin de una era. El declive empezó en 2006, cuando se confirmó la implicación del Milan en el ‘Caso Calciopoli’, pese a mantener la categoría. Empezó una espiral hacia la decadencia, con el ‘Scudetto’ de 2010 como último coletazo. En 2017, con el Milan sumido en una importante crisis económica, de juego y resultados, Berlusconi dio un paso al lado. 

Lejos de dejar el mundo del fútbol, tan solo un año más tarde y con una operación de casi tres millones de euros, el magnate se quedó con el 100% del Monza, entonces en Serie C. Cuatro años y 116 millones después, Berlusconi volvió a la Serie A. El último de sus comentarios machistas fue a finales de 2022, cuando prometió a los jugadores un “autobús lleno de prostitutas” si ganaban a uno de los grandes de Italia.