Sorín, el escenario siempre fue su pasión

Jordi Gil

Jordi Gil

Juan Pablo Sorín tuvo una historia excéntrica en el FC Barcelona. Solo estuvo seis meses en el 2003, cedido por el Cruzeiro, en un equipo a la deriva que de la mano de Radomir Antic entró por los pelos en la Copa de la UEFA y el club consiguió salvar el honor de haber disputado siempre durante su historia una competición europea.

Sorín disputó 15 partidos y marcó un gol, pero si por algo es recordado son por sus brincos en la sala de fiestas 'Razzmatazz'. El lateral era duda para jugar en Huelva por unas molestias musculares. Unos problemas que no le impidieorn saltar al escenario en un concierto de 'La Besuit' y sumarse al espectáculo. El jugador pidió perdón posteriormente en una muestra de humildad destacable.

Causa benéfica

Su buen corazón se ha  visto en otras causas como las 90 toneladas de comida que repartió para los más necesitados en el partido benéfico de su retirada o la inversión para la construcción de un colegio en Argentina.

Sorín jugó en Argentino Juniors, River Plate, Cruzeiro, Lazio, Barcelona, PSG, Villarreal y Hamburgo antes de su retirada. Su paso por el Cruzeiro le dejó especial huella y fijó su residencia en Brasil.

Ídolo del Cruzeiro

Casado con una cantante argentina, el espectáculo siempre le ha tirado. Ejerce como comentarista televisivo, trabajó en la ESPN hasta el 2017, y es un ídolo para los hinchas del Cruzeiro. Una de sus excentricidades fue apostar que se pintaría la barba de color azul en caso de que el equipo de Belo Horizonte ganara la Copa de Brasil al Flamengo. Sorín cumplió su palabra y dejó otra nota de color para su carrera.