¿Qué es una rotura de ligamentos cruzados? El tiempo de baja que podría estar Gavi

Según fuentes del FC Barcelona, Gavi podría tener una rotura de ligamentos cruzados después de la lesión sufrida en el partido de España contra Georgia. El jugador deberá someterse en las próximas horas a nuevas pruebas que deberán certificar el alcance real de la lesión. En el caso de sufrir una rotura de ligamentos cruzados, el doctor Rafel González-Adrio ofrecía a SPORT el siguiente análisis.

El Dr. Rafel González-Adrio especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Quirón Teknon nos explica las lesiones de Ligamento Cruzado Anterior (LCA) de la rodilla y cuáles son los tratamientos que permiten tratar esta lesión. 

Las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) de la rodilla no asociadas a una colisión con otro jugador son frecuentes en deportes en los que exista una rotación del cuerpo sobre la rodilla en una pierna que pueda quedar trabada en el suelo, como en el caso del fútbol por los tacos clavados en la hierba, o en el caso del esquí, por el brazo de palanca del esquí. 

En la mayoría de pacientes jóvenes y deportistas se recomienda la reconstrucción quirúrgica porque el ligamento no vuelve a cicatrizar por si solo, y porque aunque se puede vivir sin dicho ligamento sin que a veces sea evidente su ausencia, existe una probabilidad altísima de sufrir lesiones secundarías por la movilidad anómala de la rodilla sin LCA en pacientes que sigan practicando actividades deportivas en que exista rotación de la rodilla. El LCA sería como una bisagra sobre la que rota una puerta: si no funciona, la puerta no cerrará bien, y lo que pretendemos es cambiar la bisagra antes de que tengamos que reparar toda la puerta o el marco. 

Artroscopia poco invasiva

En la actualidad la reconstrucción del LCA la realizamos de manera muy poco invasiva mediante artroscopia (2 pequeñas incisiones en cada lado de la rodilla y una tercera accesoria alejada de estas) y se utiliza injerto del propio paciente, ya sea del tendón rotuliano o de los isquiotibiales, o injerto de cadáver.

Normalmente, dejamos apoyar la pierna a las pocas horas de la operación, cuando el paciente ya se puede ir a casa con muletas y que utilizará durante un periodo de 10 días, en la mayoría de los casos ya no se utilizan férulas ni inmovilizadores, sino que se promueve la rehabilitación precoz.

De la misma manera, hoy en día no hace falta esperar para realizar la intervención quirúrgica, sino que preferimos llevarla a cabo cuanto antes, mejor en la primera semana, para facilitar la rehabilitación y ganar tiempo. En caso de retrasarla más de 2 semanas, es preferible esperar a la recuperación de la movilidad antes de intervenir. 

Los pacientes suelen recuperar la movilidad total de la rodilla en 4 a 6 semanas, y les dejamos practicar carrera a los 4 meses, para poder empezar entrenamientos a los 5 ó 6 meses después de la operación. El motivo de la espera es para proteger la integración del injerto en los huesos a los que va anclando en la rodilla.