Primera bronca de Guardiola a sus jugadores

No sabemos si habrá algún jugador que añore los antiguos métodos de Rijkaard -con la autogestión por bandera-, pero no hay duda de que Pep Guardiola muy pronto dejó claro que no iba a dejar pasar ni una

De ahí la necesidad que tiene de cerrar los entrenamientos a los medios de comunicación, ya que de esta manera puede dirigirse o echar la bronca a cualquiera sin tener a veinte cámaras registrando todos sus movimientos y convirtiendo este hecho en la noticia del día. Pero la ausencia de cámaras ni micrófonos grabando no quiere decir que al final no acaben trascendiendo las cosas.

De hecho, el de Santpedor no ha tardado mucho en sacar el látigo para poner firme a más de un jugador. La primera gran bronca de la temporada se produjo en el primer partido de Liga.

A Guardiola no le gustó la imagen que dio su equipo en el campo de Los Pajaritos ante el Numancia y tras el partido expuso con toda la acritud posible sus lamentos. Tuvo que hacerlo en el mismo vestuario visitante, ya que ese mismo día algunos jugadores de su plantilla no regresaban a Barcelona con autocar al ir directamente a Madrid. De ahí que la bronca fuera todavía de mayor envergadura porque el técnico estaba 'calentito'.

"Me habéis decepcionado", fue una de las frases menos contundentes que salieron ese día de la boca de Pep, muy molesto sobre todo porque el equipo no supo traducir en el campo todo lo que habían estado trabajando durante la pretemporada.

"No entiendo cómo habéis podido jugar tan mal", fue otra de las perlas que dedicó Guardiola a sus hombres, que escucharon cabizbajos y sin decir ni 'mu' la lluvia de reproches que les cayó encima.

"Parece que todo lo que hemos trabajado no ha servido para nada", concluyó el técnico blaugrana, visiblemente enfadado ante la derrota de su equipo en el debut liguero, pero más que por el marcador por la forma en que se produjo, al notarse en algunas fases del partido un desbarajuste táctico importante en alguna de las líneas.

En todo caso, ante el Racing, pocas semanas después, se produjo un cambio evidente en las palabras de Guardiola a sus hombres. Pese a que el equipo no ganó en el Camp Nou, el de Santpedor fue más condescendiente, aplaudiendo el orden táctico y el trabajo de sus hombres, así como el esfuerzo que realizaron, pero les quiso recordar para que tomen buen nota que "en el Barça hay que tener siempre la exigencia de ganar y hay que morir con esa idea". Esta vez, la arenga fue un día después del partido y la plantilla recibió más flores que palos.