Historia SPORT

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Pacheta: una pitonisa, dos viajes y un ascenso

En enero cogió las riendas del Huesca, último de la clasificación, y está totalmente convencido de que la salvación es posible

El burgalés descubrió que su pasión era estar en los banquillos a los 40 años y tras una casualidad que cambió por completo su vida

Pacheta dirige a la SD Huesca desde la jornada 19 de la presente campaña

Pacheta dirige a la SD Huesca desde la jornada 19 / EFE

Adrià Fernández

Adrià Fernández

“Vais a estar orgullosos de la SD Huesca”, así se presentó José Rojo Martín ‘Pacheta’ el 14 de enero durante su presentación como nuevo entrenador del conjunto aragonés. El burgalés tomó las riendas del equipo tras la destitución del antiguo entrenador, Míchel, con quien el Huesca logró el ascenso a la categoría de oro del fútbol español, pero que tras 18 jornadas, los oscenses ocupaban la última posición de la clasificación con 12 puntos y tan sólo una victoria.

“¿Que el Huesca ya está descendido? Que se preparen, que nos esperen”, aseveraba Pacheta en rueda de prensa. Nacido en Salas de los Infantes, un pequeño pueblo de Burgos que no alcanza los 2.000 habitantes, hizo carrera como futbolista en los extintos Real Burgos, Mérida y también con el Atlético Marbella, equipo con el que logró el ascenso a segunda división. Se asentó en el Espanyol durante cinco temporadas bajo las órdenes de Camacho y de Bielsa, aunque sólo durante seis partidos. Allí encarnó a la perfección el concepto ‘todoterreno’: jugó en todas las posiciones del terreno de juego, excepto como portero. Colgó las botas en el Numancia en 2003, también tras cinco campañas.

Pacheta, como jugador del Espanyol, durante un enfrentamiento ante el Barça

Pacheta, como jugador del Espanyol, durante un enfrentamiento ante el Barça / M. Franch

Su llegada a los banquillos fue inesperada y fruto de una casualidad. Obtuvo el carné de entrenador, pero su destino estuvo ligado a los despachos. En el Numancia ocupaba el puesto de director deportivo y el presidente del equipo le cedió el testimonio de Krešić, quien dirigió el equipo numantino hasta la jornada 23 y quien entrenó al Atlético Marbella cuando Pacheta era jugador. El mundo es un pañuelo.

Una vocación tardía y una pitonisa

Es entonces cuando, a punto de cumplir 41 años, descubre su verdadera vocación. Sin embargo, no pudo evitar que el club bajase a la categoría de plata y volvió a los despachos numantinos. En 2011 regresó a un banquillo, el del Real Oviedo y en diciembre de 2012 cogió las riendas del Cartagena con un final de etapa surrealista.

Pacheta durante su etapa como entrenador del Numancia

Pacheta durante su etapa como entrenador del Numancia / EFE

En mayo de 2013 y tras clasificarse para el playoff de ascenso a segunda división, la pitonisa de confianza del presidente le insistió en que debía despedir al entrenador si quería lograr el ascenso. Dicho y hecho. Ya lo había hecho con su director deportivo, David Buitrago, en diciembre de 2010. A cinco minutos de que el Cartagena cayese en la primera eliminatoria de ascenso, el público empezó a corear el nombre de Pacheta y su presidente, un constructor llamado Paco Gómez, salió escoltado del campo y a los pocos meses vendió el club.

Dos aventuras lejos de casa

En 2013 hizo las maletas rumbo a Polonia para dirigir el Korona Kielce donde descubrió el verdadero sentido de la soledad, al estar únicamente acompañado por un traductor. Tras un breve paso por el Hércules, volvió a lanzarse a la aventura de dirigir el Ratchaburi tailandés durante dos temporadas y compartiendo banquillo con el presidente de la entidad. Estas dos estancias le ayudan a curtirse y poner a prueba su vocación como entrenador.

En febrero de 2018 recibió la llamada del Elche y se conviertió en el cuarto entrenador del equipo ilicitano de esa temporada. El equipo estaba en Segunda División B y, tal y como comenta Juan Carlos Cubeiro, coautor del libro Un equipo honesto. Así ascendimos a Primera, junto a Pacheta, el equipo le comunica que, o asciende o el club desaparece. "Es necesaria la gente buena en un mundo como el fútbol y Pacheta es uno de ellos", apostilla Cubeiro.

Pacheta durante la celebración del ascenso del Elche a Primera División

Pacheta durante la celebración del ascenso del Elche a Primera División / EFE

No sólo consigue colocar al equipo en la categoría de plata, sino que dos temporadas después logró el sexto ascenso de la historia de la entidad a la élite del fútbol español con el quinto presupuesto más bajo de la categoría. Sin embargo, antes de disputar dicha eliminatoria de ascenso, el nuevo propietario del club, el argentino Christian Bragarnik, le comunicó a Pacheta que no continuaría al frente del equipo. El burgalés lo mantuvo en secreto ante sus jugadores para no interferir en el posible ascenso. Y lo lograron. Su lugar lo ocupó otro argentino, Jorge Almirón, pero la huella de Pacheta en la ciudad y en la afición es imborrable. Una prueba de ello es que el libro antes mencionado se agotó en Elche a las dos horas de salir a la venta.

Huesca, su nuevo hogar

Sin equipo desde entonces, Pacheta aceptó el reto de tomar las riendas del Huesca en enero, a 20 jornadas de finalizar la competición doméstica. Con su liderazgo de sinergias, se ganó rápidamente el vestuario del conjunto aragonés. Cubeiro, coach especializado en liderazgo deportivo, destaca de él su asertividad y la manera pasional en cómo vive su profesión. Confiesa que cuando pierda es incapaz de conciliar el sueño por las noches. Otra de las peculiaridades de Pacheta es que es un amante del análisis e incluso le gustaría tener más tiempo tras los partidos para comparecer en rueda de prensa y, así, poder analizar de la manera más adecuada lo que ha sucedido sobre el verde.

Una familia en el vestuario

Tal es su implicación con el equipo que esta temporada ha repetido una dinámica que probó durante su etapa en Polonia: reunirse con las parejas de los futbolistas, a quienes considera fundamentales en el rendimiento de los jugadores. El técnico puede controlar sólo una pequeña parte del rendimiento de los suyos y, por ello, congregó a sus convivientes para tratar temas como la nutrición o el descanso de los jugadores.

“Competir para aprender”, es uno de sus lemas. Más allá de los resultados meramente deportivos en la SD Huesca, el proyecto del equipo ligado a la ciudad, a la cantera y su ciudad deportiva es fundamental para Pacheta. Por ello, Cubeiro afirma que está destinado a entrenar a uno de los grandes y que podría encajar en equipos como el Athletic Club o el Eibar por compartir la misma filosofía.

Debut en el banquillo del Camp Nou

Si alguien ha visto algún partido del Huesca recientemente habrá comprobado que es un equipo que no se arruga ante nadie y que planta cara a cualquiera. Será la primera vez que se enfrente al Barça como entrenador, como jugador ya lo hizo en el Espanyol y en el Numancia, con quien llegó a ver puerta en 1999 ante los blaugrana. Será un enfrentamiento de David contra Goliat, pero obviando la clasificación, los de Koeman tendrán un hueso bien duro de roer.