El (bendito) dolor de cabeza que se le viene a Valverde

Si por algo se caracteriza Valverde (el que conocemos, el entrenador del Barça) es por su apacibilidad. Por mucho que la prensa o el entorno culé se enteste, es prácticamente imposible alterar al técnico extremeño, siempre con su rictus tranquilo, hasta despreocupado. Ha vivido momentos duros, muy duros, como comandante de operaciones del club azulgrana. Incluso se ha visto a sí mismo más fuera que dentro del banquillo barcelonista. Ha sufrido reveses que hubieran hundido a cualquiera y se ha visto en situaciones límite no aptas para cardíacos. Pero ahí sigue, afrontando su tercer curso al frente de la nave. Una nave que este curso venidero contará con una tropa numerosa y más competente que nunca, pero también con más exigencias en cuanto a protagonismo y minutos.

En temporadas anteriores se ha achacado a Ernesto quizás las escasas rotaciones y el ‘quemar’ demasiado a su once titular o a sus 13-14 futbolistas de confianza. Eso, en parte, se ha utilizado como ‘coartada’ para justificar los batacazos sobre todo de Roma y luego de Liverpool. Un factor que de cara a este curso 2019/20 va a cambiar por completo. Las llegadas de De Jong y de Griezmann, junto con la continuidad del grueso de sus hombres de confianza (ya no hablamos de esa posible incorporación de Neymar) hacen que se le presente un problema al ‘Txingurri’.

UN PUZZLE CON PELIGROS

Un bendito problema, según como se mire. Con las posiciones dobladas en prácticamente todas las líneas, comenzado por el eje de la defensa el dilema Lenglet-Umtiti volverá a arreciar con fuerza. Si finalmente se apuesta por Todibo, Ernesto sabe que con tan solo 19 años y tras un año en blanco, el francés necesita minutos. En el lateral diestro, Semedo tenía un pie fuera del club, pero ha decidido quedarse con la condición de ser más protagonista. Un protagonismo que le debería perjudicar a Sergi Roberto…

En el centro del campo, si sigue Rakitic, hombre de absoluta confianza del técnico extremeño, deberá ganarse un hueco con De Jong y Arthur (más Aleñá, que también requiere presencia para seguir evolucionando). Feroz lucha en la medular en la que parece que solo Busquets tiene garantizado un puesto casi intocable. En el ataque, la irrupción de Griezmann también añade ‘picante’. Suárez y Messi parecen intocables y Dembélé rayó el curso pasado a muy buen nivel por momentos. No será fácil encajar todas las piezas y que se sientan protagonistas y relevantes para el ex del Athletic. Hay muchas competiciones, sí, pero citas importantes, en las que se juegan de verdad las ‘habichuelas’, no hay tantas. Y ahí deberá tener mano Valverde. Ya saben, tema de egos y de gestión anímica del vestuario…